París, 28 julio.- El vicepresidente de Guinea Ecuatorial, «Teodorín» Obiang, hijo del hombre fuerte del régimen desde 1979 y designado como su «delfín», sufrió este miércoles un nuevo golpe judicial en Francia, donde el Supremo confirmó la dura condena por el blanqueo de una fortuna de 150 millones de euros en el país.
La Justicia gala convierte en definitiva la pena de tres años de cárcel exentos de cumplimiento, 30 millones de euros de multa y, sobre todo, la confiscación de los esos bienes amasados en Francia por el hijo de Teodoro Obiang entre 1997 y 2011.
El hijo del mandatario más longevo de África se convierte así en el primero en sufrir las consecuencias judiciales de la acción iniciada por dos ONG, Sherpa y Transparencia Internacional, que tienen en su punto de mira dos decenas de casos de otros dictadores del continente acostumbrados a un elevado tren de vida en Francia.
«Esta decisión es pionera e histórica en la lucha contra la criminalidad financiera», aseguró a Efe la responsable del programa de flujos financieros ilícitos de Sherpa, Laura Rousseau.
La sentencia, agregó, abre la puerta a otros casos similares y supone «un golpe contra la impunidad de los dirigentes que expolian dinero público en sus países».
Los casos más avanzados en Francia son los de la familia Bongo, que encadena 53 años de poder en Gabón, los de Sassou Nguesso, al frente de la República del Congo desde 1997, o los de la familia Al Asad, que gobierna Siria desde hace medio siglo.
Contra todos ellos hay causas abiertas, algunas en curso de instrucción, pero «Teodorín» se ha convertido en el primero en rendir cuentas y en agotar las vías judiciales clásicas en Francia.
TRES LUSTROS
Una batalla que comenzó hace tres lustros y que ha sacado a la luz un sistema de corrupción, desvío de fondos públicos y blanqueo de capitales procedentes de Guinea Ecuatorial convertidos en propiedades privadas de Obiang en Francia.
Símbolo de aquella época, mezcla de ostentación y de permisividad de las autoridades francesas, un palacete de 3.000 metros situado en una exclusiva avenida de París, a dos pasos del Arco del Triunfo, con sala de cine, hamam, suelos de mármol y grifería de oro, tasada en 107 millones de euros.
La Corte Internacional de Justicia de La Haya rechazó el intento de Malabo de convertirla en embajada ecuatoguineana en París y validó su confiscación.
En su interior había una colección de 17 coches de lujo, como modelos de Bugatti, Rolls Royce o Maserati, valorada en casi seis millones de euros.
EL DINERO PARA LA SOCIEDAD CIVIL
En virtud de una nueva ley francesa aprobada hace unos días, el dinero confiscado no irá a las arcas francesas, sino a la población ecuatoguineana, a través de la ayuda al desarrollo y bajo control de las autoridades galas.
«La población ha sido expoliada, el objetivo es que el dinero vuelva a esa población», indicó Rousseau, partidaria de que el dinero se canalice a través de la sociedad civil y no las autoridades y que no sirva como arma diplomática francesa.
La condena es el corolario de una batalla judicial en la que «Teodorín» ha ido cosechando derrota tras derrota, desde que en 2017 fue condenado en primera instancia a 3 años de cárcel y 30 millones de euros, ambos exentos de cumplimiento, además de a la confiscación de los bienes.
El Tribunal de Apelación agravó la condena y ordenó hacer efectivo el pago de los 30 millones de multa, en suspenso por la apelación impuesta por los abogados de Obiang ante el Supremo.
La máxima instancia judicial derribó, uno por uno, los argumentos del recurso, desde la pretendida incompetencia de la Justicia gala en el caso, la supuesta inmunidad diplomática de «Teodorín» o la ausencia de pruebas sobre el origen ilícito del dinero.
La sentencia recuerda que la Justicia gala tiene toda la legitimidad para juzgar delitos cometidos en su suelo y que el hoy vicepresidente de Guinea Ecuatorial era solo ministro de Agricultura y Bosques en la época de los hechos, lo que le sitúa fuera del manto de la inmunidad de la que disfrutan jefes de Estado o de Gobierno.
«Los jueces estiman que los elementos constitutivos del delito de blanqueo se analizan según la ley francesa», señala la sentencia, que considera probado que «Teodorín» participó en las operaciones ilícitas.
También establece que la cuenta bancaria personal del hijo de Obiang recibió entre 2004 y 2011 ingentes cantidades procedentes del Tesoro Público ecuatoguineano, que sirvieron para la adquisición del palacete, lo que justifica el delito de desvío de fondos públicos.
Luis Miguel Pascual