La Haya, 10 de abril de 2025.- El Gobierno emiratí tildó este jueves de “puras invenciones” las acusaciones formuladas por Sudán ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y aseguró haber puesto fin a su “asistencia” al país en abril de 2023, negando estar apoyando a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en su “genocidio” contra el pueblo no árabe masalit en Darfur.
Reem Ketait, consejera del Ministerio emiratí de Exteriores, advirtió a los jueces de que, para su país, “claramente no hay base para la jurisdicción de la Corte en este caso”.
Este caso fue iniciado en marzo por Sudán, que acusa a Emiratos de violar sus obligaciones bajo la Convención sobre Genocidio (1948), con su “amplio apoyo financiero, político y militar” a la milicia rebelde FAR, que está perpetrando un “genocidio” contra los masalit en Sudán, particularmente en Darfur Occidental.
“El demandante ha hecho acusaciones que son, en el mejor de los casos, engañosas, y en el peor, puras invenciones. Acusaciones que Emiratos ha refutado de forma concluyente”, determinó.
Además, defendió que el “único objetivo» de Sudán, que es una de las partes en guerra, «es usar mal la Corte para hacer acusaciones falsas contra Emiratos, y desviar la atención de su propia responsabilidad en esta guerra y sus violaciones del derecho internacional”.
El Gobierno sudanés pidió hoy a la CIJ medidas cautelares “urgentes” contra Emiratos para que ponga fin a su supuesto apoyo a los paramilitares en su “campaña genocida” contra el pueblo masalit.
Sin embargo, según Ketait, la solicitud oficial de “asistencia” a Emiratos “vino” directamente del general Abdelfatah al Burhan como presidente del Consejo Soberano de Sudán, “pero esto se detuvo en abril de 2023”, cuando Al Burhan y su entonces vicepresidente, Mohamed Hamdan Dagalo, “convirtieron su lucha de poder interna en una guerra abierta, hundiendo al país en un conflicto brutal y totalmente evitable”.
“Emiratos no ha dado armas ni material relacionado a ninguna de las partes en guerra» sino que «ha trabajado incansablemente para aliviar el sufrimiento», reiteró la agente emiratí.
Además, subrayó que su país “ha sido claro y constante en su posición” sobre lo que está ocurriendo en Sudán y es que “no hay solución militar para este conflicto”.
Asimismo, dijo, ha abogado por “un alto al fuego sin condiciones, pausas humanitarias para facilitar la entrega de ayuda y rendición de cuentas por violaciones del derecho internacional por parte de las dos facciones en guerra: las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido”.
Así, lamentó que Al Burhan haya “perseguido ciegamente una victoria militar a costa de una solución pacífica” para este conflicto, “rechazando” los intentos de mediación en Arabia Saudí, Baréin y Suiza.
“Entonces, cuando el demandante dijo esta mañana que no tuvo otra opción que presentar este caso, eso simplemente no es verdad. El demandante corrió a este podio en La Haya después de dos años dejando su asiento vacío en la mesa de negociaciones”, dijo.
El conflicto estalló el 15 de abril de 2023 por el desacuerdo entre el Ejército y los paramilitares respecto a la inclusión de los segundos en el poder surgido tras el golpe de Estado de 2021, que acabó con el efímero intento de democratización del país tras el derrocamiento en 2019 del dictador Omar al Bashir.
“La idea de que Emiratos es de alguna forma el causante de este conflicto reprobable en Sudán no podría estar más lejos de la verdad”, concluyó Ketait.
Los jueces se retirarán a deliberar sobre la necesidad de las medidas cautelares solicitadas por Sudán, en una etapa previa a la evaluación del contenido del caso, que se centra en la acusación de Jartum contra Emiratos por supuestas violaciones de sus obligaciones bajo la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio con su presunto apoyo a los paramilitares.
EFE