Bruselas, 24 junio.- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea dieron inicio hoy a la primera jornada de una cumbre en la que abordarán las relaciones con Rusia y Turquía, la situación de la pandemia y asuntos migratorios, en plena tensión con Hungría por una polémica ley sobre homosexualidad.
La reunión en Bruselas comenzó con un diálogo con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, según anunció en Twitter el portavoz del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
En el encuentro, Alemania y Francia trasladarán al resto de líderes europeos la necesidad de retomar los contactos de alto nivel con Rusia, en el marco de la discusión que mantendrán los Veintisiete sobre la base de un informe que ha elaborado el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, para encauzar las relaciones con Moscú.
A su llegada a la cumbre, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que los jefes de Estado y de Gobierno tienen que abordar «cómo podemos crear formatos de diálogo» con Rusia, porque «la mejor forma de solucionar el conflicto, lo hemos visto con el presidente estadounidense (Joe Biden), es hablando el uno con el otro».
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, estimó que los Veintisiete «no pueden seguir razonando de una manera puramente reactiva» frente a Rusia, con la que defendió que hay que establecer un «diálogo exigente» con el fin de «defender nuestros intereses como europeos» y garantizar «la estabilidad del continente».
Como argumento de ese planteamiento, Macron citó la cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, para volver a entablar ese diálogo, al tiempo que subrayó la importancia de que los europeos lo hagan de manera unida.
También el canciller austriaco, Sebastian Kurz, defendió la necesidad de que la UE retome ese diálogo.
«Los Estados miembros, Angela Merkel, Emmanuel Macron, pero también pequeños Estados miembros como nosotros estamos en contacto regular con el presidente ruso. ¿Por qué no debe hacerlo también la UE en su conjunto?», se preguntó Kurz a su llegada a la cumbre, la primera con presencia de prensa desde el inicio de la pandemia, aunque muy limitada.
«Esto no se debería dejar solo a los Estados miembros y en ningún caso a Estados Unidos», comentó en relación al encuentro entre Biden y Putin.
Por el contrario, el primer ministro en funciones neerlandés, Mark Rutte, aseguró que no participará en una reunión con Putin en una cumbre europea, aunque no le importaría que se celebrase una reunión entre el mandatario ruso y los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeo.
«La última vez tuvimos una discusión muy buena con todos los líderes sobre Rusia. Fue muy abierta y todos coincidimos en que Rusia es una gran amenaza. Son más agresivos y me pregunto qué ha pasado ahora, de dónde viene esta propuesta, y estoy muy, muy interesada en escuchar sus argumentos, qué ha cambiado desde la última vez», dijo la primera ministra estonia, Kaja Kallas.
Al margen de la agenda oficial, en la cumbre se ha colado el tema de la polémica ley promulgada por Hungría que prohíbe, entre otras cosas, hablar sobre la homosexualidad en los colegios, después de que varios Estados miembros hayan mostrado su rechazo a la misma.
«Los valores están en el corazón del proyecto europeo y por eso esta noche, durante la cena, tendremos un debate sobre este asunto», dijo el presidente del Consejo Europeo preguntado sobre la ley.
Esta misma mañana, los líderes de los Estados miembros, entre ellos el español Pedro Sánchez, enviaron una carta conjunta dirigida a los presidentes de las instituciones de la UE en la que prometieron seguir luchando contra la discriminación hacia la comunidad LGBTI y reafirmaron la defensa de los derechos fundamentales de este colectivo.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, rechazó las críticas a la ley y aseguró que él es un «defensor» de los derechos de los homosexuales.
«No tenemos ese tipo de ley (contra los homosexuales). Tenemos una ley sobre la defensa de los derechos de los niños y los padres», declaró a su llegada a la cumbre, rechazando hablar del tema durante la reunión.
Orban dijo que los que critican la controvertida norma «no la han leído» y se mostró «dispuesto a hablar con quien sea que haya respetado a Hungría sobre esta nueva ley», incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pese a que la víspera esta consideró que la normativa aprobada es «una vergüenza».