Darle un nuevo uso a los materiales que utilizaba para fabricar carpas, estructuras metálicas y mobiliario le permitió a una empresa colombiana rescatar sus finanzas y realizar un aporte en la contención de la COVID-19 con elementos de protección.
Cuando una cascada de eventos cancelados por la pandemia paralizó sus proyectos, Castilaver plantó resistencia y en el barrio San Javier, en la Comuna 13 de Medellín, empezó a producir pediluvios y dispensadores de gel antibacterial, incluso a idear quioscos de bioseguridad para restaurantes y cápsulas para trasladar a pacientes con el nuevo coronavirus.
«Con la situación de confinamiento empecé a mirar qué podíamos inventar con los mismos materiales», dijo a Efe Carmen Elisa Castillo, propietaria y gerente de la compañía.
De atender a la industria de eventos con tarimas, carpas de gran tamaño y estructuras ‘truss’ para luces y sonido, esta empresa pasó a dar una mano en la crisis sanitaria que atraviesa Colombia y a apoyar en la reactivación económica del sector gastronómico y distintos comercios.
«Le estamos apostando mucho a la protección, a que realmente lo que hagamos le sirva a la gente en este momento. Buscamos ahora ir un poco más allá», afirmó la emprendedora.
CÁPSULAS, UN TRASLADO SEGURO
Intentar con algo más que tapetes de desinfección y secado les permitió hallar una oportunidad en la fabricación de cápsulas para el traslado de pacientes con COVID-19, un desarrollo que realizaron a partir de la solicitud de un cliente y que han ido perfeccionado.
«Había que abrir la mente y no morir en este momento como empresa», apostilló Castillo.
Indagar con personas vinculadas al gremio de la salud para conocer las «necesidades puntuales» fue el siguiente paso en la construcción de estas cabinas, que elaboran en lona y vinilo transparente.
Según la empresaria, en el mercado detectaron propuestas similares pero en materiales «muy frágiles» y que no cumplen completamente con la función, así que empezaron por fabricar una cápsula que resiste 120 kilogramos.
«Es una cabina que da total seguridad tanto para el paciente como para las personas que intervienen en el traslado», aseguró.
En Castilaver desarrollaron tres prototipos de cápsulas: uno de ellos para helicópteros de la Fuerza Aérea Colombia y otro cuenta con «dos mangas» para manipular al paciente «sin tenerlo que tocar» y provisto con unas ventanillas para introducir equipos médicos.
Castillo contó que actualmente trabajan en una cápsula plegable mientras a la par producen los modelos anteriores, de los que han realizado más de 30 entregas a distintos clientes.
PROTECCIÓN EN RESTAURANTES
En este renacer en medio de la pandemia, esta empresa también exploró con implementos para permitir que el sector gastronómico pueda trascender de los domicilios después de cuatro meses de confinamiento.
Para ello, inicialmente, diseñaron un quiosco o carpa en lona y vinilo transparente para que los restaurantes que se alistan para una eventual reapertura puedan garantizar un «distanciamiento social al permitir que las mesas queden aisladas».
Para este mismo sector, fabricaron un biombo en lona PVC con partes en hierro, que, según Castillo, «aparenta ser vidrio» por lo que permite la visibilidad e incomunicar las mesas.
Estos dos elementos ya han sido instalados en tres restaurantes del departamento de Antioquia que están a la espera del inicio de un plan piloto de reactivación.
CAPACITACIÓN, VITAL PARA RESURGIR
Esta empresa de Medellín, que nació en 2013 elaborando productos de aseo y creció elaborando carpas, ha logrado contener el impacto de la pandemia a través de sus innovaciones y por el apoyo de la Corporación Interactuar con capacitaciones.
«Teníamos proyectos con empresas grandes. Incluso, estábamos a punto empezar una producción cuando dimos una frenada en seco por la pandemia», contó la emprendedora.
Para ella, en el resurgir de su compañía fue clave lo aprendido con el programa Método Base de Aceración (MBA), que incluso le planteó meses atrás un «ejercicio contundente» que de alguna manera la preparó para este momento.
«En una clase me plantearon crear un plan B con una pregunta: ‘Si el Gobierno hoy prohibiera las carpas para eventos, ¿qué actividad empezaría a hacer?’. Eso me abrió la mente. Hice una lista con diez cosas diferente a la actividad con la industria de eventos», relató la empresaria.
EFE