Santa Cruz (Bolivia), 27 octubre.- Un pedido para que una «junta militar» tome el poder en Bolivia para unas nuevas elecciones ha generado rechazo en el país, donde el reciente triunfo electoral del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del exmandatario Evo Morales, es ampliamente reconocido.
Una concentración ante un cuartel militar este martes en Santa Cruz, la mayor ciudad de Bolivia, reiteró esta demanda de que los militares tomen temporalmente el poder en el país hasta que se celebren otros comicios, al considerar fraudulentos los del pasado 18 de octubre que dieron una clara victoria al MAS.
«No quiero un país comunista», «Bolivia unida, sin ladrones ni corruptos, sin narcotraficantes», «Auxilio militar», «La patria está en peligro», «Eliminen las siglas del MAS por fraude», se leía en algunas de las pancartas, entre banderas bolivianas y de Santa Cruz, la mayor región y motor económico del país.
La protesta convocada en redes sociales ha desencadenado el rechazo de este partido y de entidades de defensa de derechos, entre otras.
Luis Arce, presidente electo del país, advirtió en Twitter de que «existen grupos minoritarios en Bolivia que lastimosamente no aceptan la voluntad popular expresada en urnas y pretenden enfrentarnos».
«Ratificando nuestro compromiso con la vida, la paz, la democracia y el respeto a la institucionalidad de las FFAA -Fuerzas Armadas-, los llamamos a la reflexión», añadió en un mensaje en la red social.
El expresidente boliviano Evo Morales, que desde Argentina dirigió la campaña electoral del MAS, escribió en la misma red social que su partido actúa de forma «democrática y pacífica».
«Nunca hicimos listas de rencor o venganza. Nuestra querida Bolivia necesita un gran reencuentro entre todas y todos. Paz para salir de la crisis», agregó.
El Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) y la Defensoría del Pueblo de Bolivia, entre otras entidades, han criticado este pedido que consideran contrario al orden democrático y constitucional en el país.
El MAS ha sido declarado vencedor de las elecciones generales con una amplia mayoría del 55,1 por ciento de los votos, reconocida por sus rivales políticos y por la comunidad internacional en unos comicios avalados por observadores de organismos multinacionales.
