En La Loma, San Cristóbal, le temen a los combos tanto como a la Policía

FECHA:

IMG-20151124-WA0005
Imagen del sector San Pedro, en la Loma San Cristóbal, Medellín. Foto de Análisisurbano.com

Redacción Análisis Urbano

(Informa especial – Segunda Parte)

La problemática de seguridad en la vereda La Loma, del corregimiento San Cristóbal, es cada vez más crítica y puede empeorar la situación. Hace 17 días, al interior de su casa, fue asesinado Uriel Humberto Amaya Correa, presidente de la Junta de Acción Comunal de San Pedro, sector de esta vereda, en unos hechos en los que integrantes de la Policía, al parecer, tuvieron relación.

Once días antes de la muerte del líder, la víctima fue Angy Velásquez Restrepo, una menor de 16 años que habitaba en la parte alta de La Loma. El homicidio ocurrió mientras la chica viajaba al interior de un bus que iba sobre la calle 48D, la vía principal del sector, cerca al barrio Eduardo Santos. La joven, quien ya había sido hostigada, contaba con una orden de protección que la policía debía hacer efectiva, al igual que Uriel Humberto, pero, como a este, de nada le sirvió.

El miércoles 28 de octubre, el día anterior del homicidio de Angy, y no muy lejos de ahí, fue asesinado Luis Fernando Jaramillo Giraldo, otro joven, este de 24 años. Un chico vivía con su madre y trabajaba en una empresa de carnes frías. Un mes antes, el 27 de septiembre de 2015, una balacera en la terminal de buses del sector El Guamo, de La Loma, fue la causante y responsable del deceso de dos personas más y de varios heridos.

[scribd id=291437527 key=key-LfzinIub4t7eRg2a5Bcp mode=scroll]

[scribd id=291438277 key=key-vVOzlxVmS8FIopxB1AR8 mode=scroll]

En resumen, ni los líderes comunales, ni los jóvenes, ni las mujeres, ni un desprevenido transeúnte, de cualquier género o edad, que se pare a esperar un bus, y ni siquiera al interior del vehículo, se encuentra a salvo en la Loma San Cristóbal. Aunque la violencia ha desplazado, desterrado, casi expulsado, a más de 100 familias desde el 2013 , sigue siendo un territorio abandonado a su suerte por el Estado, y en donde el organismo policial goza de total desconfianza por parte de sus habitantes.

La amenaza fantasma de los combos

Como retaliación por el asesinato de Angy Velásquez Restrepo, al parecer, los miembros del grupo paramafioso que controla la parte alta de La Loma, sector donde vivía la joven, al parecer lanzaron una amenaza sobre las mujeres de la parte baja de la vereda.

Al parecer, los criminales advirtieron que si veían a una mujer de este sector, sin discriminación por edad, transitando en cualquier bus por la cima de La Loma, esta sería asesinada. La amenaza no ha sido confirmada, según habitantes de San Pedro, el texto circula por redes sociales en internet pero no lo han podido verificar.

De igual forma, esto no impidió amedrentar a los habitantes quienes están temerosos y aunque no quieren sembrar pánico si piden que las personas tengan cautela con lo que se considera una amenaza fantasma porque la estructura criminal de la parte alta de La Loma, aseguran, se caracteriza por su extrema violencia.

La respuesta no se hizo esperar por parte de la banda del sector San Pedro, amenazaron a la familia de la joven asesinada y los obligaron a salir del barrio, como suele ocurrir en la Loma San Cristóbal, la policía brillo por su ausencia, no logro garantizar la seguridad de los amenazados, un nuevo desplazamiento se realizó.

[scribd id=291439524 key=key-4L7qnwdoK20PGqTiPNvV mode=scroll]

Policía hostiga luego de asesinato de presidente de la JAC San Pedro

De acuerdo a las denuncias recibidas por la comunidad, pocos días después del asesinato de Uriel Humberto Amaya Correa, el sector de San Pedro fue acosado, supuestamente por la Policía.

Mientras integrantes de la Junta de Acción Comunal (JAC), muchos de ellos jóvenes, se encontraban reunidos departiendo con otros vecinos en una tienda del sector, el grupo en general fue abordado por un convoy de la policía. Según los testimonios, a San Pedro bajaron carros, camionetas y motos que venían desde la parte alta de La Loma.

La policía procedió, por pura sospecha infundada, a requisar a todos los que estaban en la tienda y luego les solicitó las cédulas de ciudadanía. Según los requisados, quienes desean hacer pública esta situación, los uniformados, con sus celulares, les tomaron fotos a todos los documentos de identidad y, al parecer, luego se los habrían entregado a unos representantes de la Fiscalía que iban con ellos y que también hicieron un registro gráfico de los mismos.

Según testigos de estos hechos, uno de los policías, supuestamente, se habría interesado por un documento en particular, cuestionando en voz alta: “¿este ‘hijueputa’ quién será?”. El dueño del documento, al parecer, era un líder social.

[scribd id=291440300 key=key-imJBbd1zpm0gUMFtjxqt mode=scroll]

Los policías se mostraron muy agresivos, aseguran varios habitantes del sector que presenciaron la escena, e incluso escucharon cómo uno de ellos, el uniformado que se comportaba de forma más violenta, supuestamente, aseguraba en tono de amenaza que él era de Manrique y que podía ‘alzarse’ con ellos (los habitantes de San Pedro) cuando le diera la gana. Cuando a los jóvenes de los barrios periféricos, miembros de la policía les dicen que se los van a alzar, generalmente significa, que se los van a llevar. Por esto los jóvenes requisados ese día se sintieron intimidados.

Varios vecinos atestiguan que algunos jóvenes fueron retirados de la requisa e interrogados a solas, incluso afirman que el interrogatorio, supuestamente, lo hacían miembros de la policía junto a los de la fiscalía.

Uno de los detalles que aumentó la desconfianza con el organismo policial fue que a uno de los jóvenes que se defendía en el interrogatorio, y que afirmaba que ellos eran muchachos sanos, al parecer, uno de los uniformados le habría contestado: “¿Sano?, ¿sano como Uriel?”. La referencia -que no tenía lugar alguno- al líder asesinado, habría sembrado miedo entre quienes estaban siendo hostigados, por lo que guardaron silencio.

Así mismo, durante un interrogatorio, el uniformado que supuestamente afirmaba ser de Manrique, al parecer, le habría dicho a varias personas que le llamaran a “Ñejo”, que necesitaba hablar con él. Ñejo es un muchacho al que también le dicen Sebastián, que se supone vive en San Pedro, y que hace poco salió de la cárcel. Este personaje sería el jefe del grupo armado que controla el barrio y está bajo las órdenes de alias Taza, un criminal que, en teoría, se encuentra preso.

Nadie llamó a Ñejo porque nadie manifestó conocerlo. Entonces, en lo que sería un arranque de rabia, el uniformado, supuestamente, amenazó otra vez con que él se podría alzar al que quisiera de San Pedro y llevárselo parra arriba, señalando hacia la parte alta de La Loma, un sector cuyos grupos paramilitares y mafiosos que allí gobiernan, tradicionalmente han estado en disputa con los que controlan San Pedro.

IMG-20151124-WA0006
Imagen del sector San Pedro, en la Loma San Cristóbal, Medellín. Foto de Análisisurbano.com

Luego del, al parecer improvisado, operativo, la policía y la supuesta fiscalía se habrían retirado. Los testigos aseguran que los uniformados se retiraron en una patrulla de nomenclatura 37-3024 y los otros funcionarios en un vehículo de placas EAY067.

Desafortunadamente, y por cuenta del accionar erróneo de algunos de sus integrantes, en la vereda La Loma de San Cristóbal, nadie confía en la Policía. “Yo le temo a los policías más que a los combos”, afirmaba Uriel, el presidente de la JAC, antes de ser asesinado.

“Ellos instalaron una base en la centralidad del sector, base que en el territorio solo hace presencia en la vía principal, vigilan pero también coquetean con las jóvenes y adolescentes”, “la policía siempre llega en la actitud arrogante y abuso de su autoridad, hasta se les ha tildado de trabajar con los que dirigen en la parte alta de La Loma. Acá nunca hemos creído en ellos”, afirman repetitivamente habitantes no sólo de San Pedro, también de San Gabriel, El Cañón, Bellavista y otros sectores de esta vereda de San Cristóbal.

Hoy La Loma vive un ambiente terrible en cuanto a seguridad. Sus habitantes han observado que los hombres que integran los grupos paramilitares y mafiosos, de uno y otro bando, han estado haciendo patrullajes en la vereda y lo hacen desde vehículos de transporte público. Por esta razón, la mayoría de la gente permanece dentro de sus viviendas y no se desplaza en sus barrios. Por lo menos en San Pedro, las personas salen de casa para lo estrictamente necesario -estudiar, trabajar o comprar alimentos- e inmediatamente, cuando regresan, se encierran.

Según sus denuncias, se sienten abandonados, la policía no les garantiza seguridad, la Administración actual los ha ignorado desde que inició, y ya la ciudad no los tiene en cuenta ni para los índices o casos de muertes violentas, de acuerdo a ellos, al parecer, en las últimas tres semanas han habido dos muertos que no se publicaron en medios de información.

COMPARTIR NOTICIA:

Síguenos en redes

145,000FansMe gusta
3,100SeguidoresSeguir
18,400SeguidoresSeguir
21,388SeguidoresSeguir
21,600SuscriptoresSuscribirte

Muro de Facebook

Popular

Más Noticias