El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses descartó este viernes 16 de noviembre que Jorge Enrique Pizano, excontroller del consorcio Ruta del Sol II y testigo clave en el escándalo de sobornos de la constructora brasilera Odebrecht, hubiese sido envenenado con cianuro y se mantiene el dictamen del hospital que señaló que murió por un infarto.
La teoría del cianuro tomó fuerza luego de que su hijo, Alejandro Pizano Ponce de León, falleciera tres días después luego de consumir agua de una botella que estaba en el escritorio de Jorge Enrique y que estaba contaminada con el tóxico.
El director de Medicina Legal, Carlos Valdés, indicó que no se encontró cianuro en ninguno de los tejidos extraídos a Jorge Enrique Pizano durante la necropsia y que el Instituto que dirige hizo la prueba en dos laboratorios, uno de Bogotá y otro de Ibagué, que no tuvieron comunicación entre ellos, lo que redunda en resultados 100% confiables.
Pizano, que sufría un cáncer y falleció el pasado 8 de noviembre de un infarto de miocardio dictaminado en el hospital San Rafael de Facatativá, estaba considerado como un testigo clave en el caso Odebrecht y era interventor de la carretera Ruta del Sol II.
En agosto pasado, Pizano dio una entrevista a Canal Uno que fue emitida tras su muerte y en ella reveló que el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, conocía desde 2015, antes de asumir el cargo, las irregularidades en la licitación para la construcción de Ruta del Sol II.
La Fiscalía abrió una investigación penal para determinar las causas de la muerte del ingeniero, caso que tomó un giro inesperado 48 horas después, cuando su hijo Alejandro Pizano murió tras consumir cianuro de una botella con agua saborizada.
El director de Fiscalía, Néstor Humberto Martínez, es cuestionado ahora porque, según Pizano, supo desde 2015 de las irregularidades, cuando era abogado del Grupo Aval, socio mayoritario de la Corporación Financiera Colombiana S.A., Corficolombiana.
Pizano, por su parte, era responsable del control financiero de la Ruta del Sol II, por parte de Corficolombiana, involucrada en la obra a través de Episol S.A.S. El Grupo Aval y Corficolombiana son propiedad de Luis Carlos Sarmiento Angulo.
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