El Ejército de Liberación Nacional, Eln, manifestó en un comunicado su rechazo ante el incremento de la violencia de Estado y el nuevo episodio de las chuzadas. Este es el texto:
“Con esa actitud y soterrada política de Estado, que incluye el genocidio a los líderes y lideresas sociales; persecución y muerte a defensores y defensoras de los DDHH; lo que hace el establecimiento colombiano, es incrementar la violencia, en vez de «sacar la violencia de la política» como ha sido nuestro llamado. Con su práctica represiva y totalitaria, el Estado polariza la sociedad y nos aboca cada vez más a una guerra sin cuartel.
Como acto de sensatez, para devolver algo de esperanza a Colombia, que dimitan lo corruptos y todos quienes, por acción u omisión, no hayan garantizado el cumplimiento de sus propias leyes o hayan actuado en contra del pueblo y la nación.
Otra vez el Estado colombiano y las FFAA están involucradas en interceptaciones ilegales, espionaje cibernético, violación a la privacidad, a las libertades individuales y en franca contravía al Estado social de derecho. Las fuerzas militares actúan de policía política, como en las más arbitradas dictaduras del último siglo.
El gobierno colombiano posa de democrático, pero la realidad es otra; hacia el exterior, se dispone para agredir a otros países, en una supuesta defensa de la libertad y contra supuestos regímenes totalitarios; a escala nacional, intercepta, espía, amenaza, mata… en la práctica, la única libertad que se defiende es la de mercado y, para ello, las libertades y derechos de las personas, no valen, no existen, no se pueden permitir.
Se promulga la libertad de expresión, pero las voces contrarias a la matriz dominante, son censuradas. Se cacarea la libertad de prensa, pero los medios mayoritarios son propiedad de magnates o de grandes grupos económicos, que imponen su línea editorial en defensa del status quo y de la plutocracia.
Una vez más presenciamos la persecución, amenazas y amedrentamiento a los medios y periodistas que se toman la molestia de buscar las diferentes versiones, de escuchar a todas las partes. A las personalidades que, dentro del marco de la ley, se oponen al partido de gobierno o a alguna de sus corruptas vacas sagradas, también se les pone la mira encima.
Entendemos que a quienes estamos por fuera de su legalidad y que, ejerciendo el internacionalmente reconocido derecho o lo rebelión, desconocemos su juridicidad, les consideramos gobierno ilegítimo y un Estado opresor al que queremos acabar; a nosotros y nosotras, nos persigan y nos intercepten; ya que somos su enemigo. Pero es inadmisible que se trate como enemigos o enemigas, a ciudadanos que no infringen la ley.
Con esa actitud y soterrada política de Estado, que incluye el genocidio a los líderes y lideresas sociales; persecución y muerte a defensores y defensoras de los DDHH; lo que hace el establecimiento colombiano, es incrementar la violencia, en vez de «sacar la violencia de la política» como ha sido nuestro llamado. Con su práctica represiva y totalitaria, el Estado polariza la sociedad y nos aboca cada vez más a una guerra sin cuartel.
Como acto de sensatez, para devolver algo de esperanza a Colombia, que dimitan lo corruptos y todos quienes, por acción u omisión, no hayan garantizado el cumplimiento de sus propias leyes o hayan actuado en contra del pueblo y la nación.
Contra las injusticias y por la construcción de un futuro justo y mejor para todos y todas, continuamos en pie de lucha.
El Ejército de Liberación Nacional, es una trinchera de combate contra la injusticia, contra la mentira y la corrupción. Acá cabemos todos y todas las que no podemos seguir dando esa pelea desde la legalidad”.
