El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, referencia en América Latina por su calidad artística y modelo de gestión inspirado en el Gran Teatro del Liceu de Barcelona, celebra su décimo aniversario enfocado en lo digital para mantener viva la oferta cultural en Bogotá a pesar del coronavirus.
Desde su inauguración, el 26 de mayo de 2010, el Teatro Mayor ha realizado 1.536 funciones en las que han tomado parte 35.063 artistas de 957 compañías procedentes de 66 países.
Por su escenario han pasado la Orquesta Filarmónica de Viena o la Sinfónica de Londres; directores de la talla de Zubin Mehta, Gustavo Dudamel o Valery Gergiev al frente de la Orquesta Mariinsky; el Ballet Nacional de España, grandes pianistas y solistas, compañías de ópera y zarzuela o voces del mundo como el brasileño Gilberto Gil, la cubana Omara Portuondo o la caboverdiana Cesária Évora, entre muchos otros.
«El Teatro Mayor se ha convertido en uno de los escenarios más importantes de Latinoamérica por su programación de excelencia en la que dialogan los mejores artistas del mundo y de Colombia», afirma a Efe su director, Ramiro Osorio, quien está al frente de la casa desde su creación.
Osorio destaca el modelo público-privado de gestión del Teatro en el que participan la Alcaldía de Bogotá y la familia Santo Domingo, mecenas de esta obra que, según explica, «ha enriquecido la vida de más de 19 millones de personas».
Esa cifra engloba el público que ha asistido a sus dos salas, usado las plataformas Teatro Digital y Teatropedia o seguido sus transmisiones en Canal Capital, la televisión pública de Bogotá.
INSPIRACIÓN EN BARCELONA
«En 2008 (los cogestores) encargaron un estudio de cuáles eran las mejores prácticas para administrar y gestionar teatros del mundo y se concluyó que la mejor práctica era la del Liceu de Barcelona, que tiene 51 % de presupuesto público y 49 % de recursos autogenerados y de patrocinadores», explica sobre el modelo aplicado.
Con la referencia de Barcelona, Osorio recibió el encargo de «diseñar un modelo similar» en el Teatro Mayor en el que «el 25 % del presupuesto lo aporta la Alcaldía y otro 25 % lo aporta la familia Santo Domingo», mientras que «un 28 ó 30 % es de venta de boletas, bienes y servicios, y el restante 20 % de empresas patrocinadoras, incluida la cooperación internacional».
«Lo esperanzador de este modelo es que tiene muchas fuentes de recursos, no depende solo de una», afirma el director, quien ante la parálisis de la vida cultural colombiana por la cuarentena para contener el COVID-19 recurrió a las tecnologías para no bajar el telón.
La última función en las salas del Teatro Mayor fue el 15 de marzo y hasta ese día ya habían alcanzado el 49 % de la meta anual en cuanto a venta de boletos, alquiler de salas y otros servicios.
«Una casa como esta no puede parar, se tiene que acomodar a los tiempos y se tiene que aprovechar de las tecnologías y hacer esa experiencia lo más rica posible», manifiesta.
Para Osorio, la situación causada por la pandemia pone al mundo de la cultura «en una zona de revisión de todo y de ver dónde están las fortalezas y las vulnerabilidades pero de manera brutal».
APOYO TECNOLÓGICO
En ese punto el Teatro Mayor parte con una ventaja y es que no llega a experimentar sino que aplica los desarrollos tecnológicos que implantó hace cinco años para llevar su oferta artística más allá de las salas.
«Vemos que fuimos muy previsores, muy visionarios con el tema de la tecnología y tenemos desde 2015 dos plataformas digitales potentes, el Teatro Digital y la Teatropedia, que nos ha hecho tener una presencia en la sociedad como ninguna institución de Colombia», afirma Osorio.
Gracias a esa experiencia y a su capacidad de producción, el Teatro Mayor pudo «reaccionar de manera inmediata» a «esta etapa que sigue, en la que seguramente no vamos a poder volver a tener en varios meses el público normal» de más de 1.300 personas en la sala principal y 320 en la otra.
«Pero sí que estamos listos para que a la hora que podamos empezar a reunir los artistas y a producir los espectáculos, los haremos con o sin público y los transmitiremos por la plataforma digital. Estamos con más o menos 80 espectáculos preparados para lo que falta de año», subraya.
CARTEL DE ANIVERSARIO
Un anticipo es la celebración de los primeros diez años del Teatro, que comenzó este lunes con una maratón artística de dos días en la cual se retransmitirán los mejores espectáculos vistos en sus salas.
La selección incluye al grupo chileno Los Fi, la banda colombiana Monsieur Periné con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la compañía francesa de danza Celui qui tombe, la ópera «El barbero de Sevilla» en coproducción del Teatro Mayor con la Ópera de Colombia, y la Stuttgart BachAkademie de Alemania.
Igualmente se podrá ver la coreografía flamenca «Una oda al tiempo», de María Pagés Compañía; la colombiana Totó la Momposina y la ópera «Don Giovanni».
«Creo que estos meses de pandemia nos han hecho mucho más virtuales que antes y quienes tenemos la responsabilidad de estas casas tenemos que pensar ya inevitablemente que también ese acto presencial lo tenemos que multiplicar a través de la tecnología», agrega.
Osorio reconoce que este «es un momento complejísimo», y en ese sentido la tecnología es solo un recurso para tiempos de crisis porque artistas y público necesitan verse y emocionarse juntos.
«Este tipo de espectáculos, estas artes escénicas requieren de ese contacto, de ese encuentro presencial, que es un encuentro que además enriquece la vida, que nos agita y que combate la mediocridad de la vida diaria», dice, y asegura que después de la pandemia «la gente va a necesitar eso mucho más que nunca».
EFE