Medellín (Colombia), 29 de octubre.- Centenares de excombatientes de la guerrilla de las FARC comenzaron este jueves un viaje desde Medellín en el que recorrerán más de 400 kilómetros durante varios días para llegar a Bogotá y sumarse a una protesta contra la violencia que se ha cobrado la vida de 234 de ellos desde que se firmó la paz en 2016.
Los exguerrilleros que comenzaron hoy su peregrinación se están reincorporando en zonas del departamento selvático del Chocó, fronterizo con Panamá, así como en la región del Eje Cafetero, en el centro de Colombia, y en el departamento de Antioquia, del que Medellín es capital (noroeste).
Algunos de ellos vestían camisetas blancas que decían «Por la vida, por la paz», mientras que otros ondearon banderas blancas y de Colombia.
«Los que vamos por la paz somos más», cantaron los excombatientes, que en esta primera jornada de peregrinación hicieron un recorrido a pie desde el Colegio Francisco Miranda, donde pasaron la noche, hasta la salida de Medellín.
La siguiente parte del trayecto la hicieron en chivas, como se conoce en Colombia a unos tradicionales y coloridos autobuses de las zonas montañosas, desde los que gritaron consignas en defensa a la vida.
En la tarde, los excombatientes llegaron al municipio de Marinilla, en Antioquia, donde pasarán la noche y continuarán en las próximas horas su viaje a Bogotá, a donde tienen previsto llegar el lunes.
«Hoy nos anexamos a la peregrinación nacional, ponemos a rodar la palabra ya que nos están matando. Vamos a llevar la palabra desde Antioquia a Bogotá para decirle al Estado, al Gobierno colombiano, que nos están matando», dijo en un video Manuel Antonio González Benítez, conocido en su época de guerrillero como «Elmer Arrieta», quien fue el jefe del Frente 18 de las FARC.
Uno de los hijos de González fue uno de los exguerrilleros asesinados en una zona de reincorporación del municipio de Ituango, en Antioquia, en diciembre pasado.
PEREGRINACIONES POR LA VIDA
Otro grupo de exguerrilleros emprendieron el pasado 21 de octubre en el municipio de Mesetas, en el departamento del Meta (centro), la primera marcha hacia Bogotá para rechazar la violencia de la que son víctimas.
La peregrinación «Por la vida y por la paz» de miembros del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) fue decidida tras el asesinato, el pasado 16 de octubre en Mesetas, del exguerrillero Juan de Jesús Monroy, líder de la reincorporación en el Meta, y de su escolta, Luis Alexander Largo.
Igualmente pequeños grupos de excombatientes se están desplazando desde departamentos como el Valle del Cauca, en el suroeste del país; Norte de Santander, que tiene el principal paso fronterizo con Venezuela; Arauca, una convulsa región del este de Colombia, y Huila, en el sur.
LA SITUACIÓN DE LOS EXCOMBATIENTES
Según el último informe del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ante el Consejo de Seguridad sobre la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, «la violencia incesante contra excombatientes sigue afectando la consolidación de la paz».
El documento, presentado el pasado 2 de octubre, detalló que en lo que va corrido de 2020 han sido asesinados 50 exguerrilleros de las FARC, dos de ellos mujeres.
«En 2020, el 30 % de los asesinatos se han cometido cerca de las nuevas áreas de reincorporación, que en su mayoría están situadas en regiones rurales aisladas», señaló Naciones Unidas.
El Informe resaltó que, en respuesta a estos ataques, «en julio la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ordenó a varias instituciones estatales tomar medidas de protección para exmiembros de las FARC».
