Quito, 4 de junio.- Como otras capitales del mundo, Quito ha apostado por el transporte en bicicleta como medio para evitar la propagación del coronavirus SARS-CoV-2 en momentos en los que inicia su reactivación tras 77 días de aislamiento.
La ciudad ecuatoriana, que entró el miércoles en una nueva fase de desescalada dentro de la emergencia sanitaria que vive el país desde el 16 de marzo, al pasar de rojo a amarillo en la semaforización epidemiológica, tiene previsto ampliar sus ciclovías a 120 kilómetros, de los 64 que tenía antes de la pandemia.
LA OPCIÓN A DOS RUEDAS
«Hicimos un conteo en dieciséis puntos de la ciudad y determinamos un incremento del 600% de desplazamientos en bicicleta, es decir, seis veces más que antes», aseguró a Efe Fernando de la Torre, director metropolitano de modos de transporte sostenibles en la Secretaría de Movilidad de Quito.
Un crecimiento originado por la imposibilidad de desplazarse en coche durante la pandemia -sólo estaba permitido un día a la semana según la matrícula-, lo que dejó vacías las avenidas de la siempre saturada capital ecuatoriana.
Sin embargo, ya en la fase de desescalada, parece que los ciudadanos se han acostumbrado a la bicicleta para evitar contagiarse del coronavirus.
La Alcaldía estima que hasta antes de la pandemia, casi el 70% de las población de Quito se movilizaba en transporte público, pero la suspensión de este servicio al inicio de la cuarentena, alentó a que muchas personas buscaran la opción de las dos ruedas.
Ante esta nueva situación, y también con el fin de evitar aglomeraciones, el Municipio capitalino tiene planeado aumentar 62,7 kilómetros de ciclovías, entre ejes trasversales y longitudinales, dotando a la urbe de más de 120 kilómetros en vías para ciclistas.
TRASVASE DE PASAJEROS
El representante de la Secretaría de Movilidad explicó que «el plan surge de la necesidad de desplazar usuarios del transporte público, punto crítico de contagios».
La ruta ciclística se iniciará desde Carapungo y Calderón, en el norte, hasta Quitumbe en el sur, y con ayuda del sector privado se construirán estacionamientos de corta distancia sin costo, en varios puntos de la ciudad.
De la Torre estima que comenzarán con 138 «cicloparqueaderos» y que «dependiendo de la demanda se incrementarán».
En el centro comercial «El Jardín», en el norte de la ciudad, existe ya un estacionamiento de larga estancia que tiene las seguridades necesarias para dejar la bici durante una jornada.
El Ayuntamiento también planea extender el área operativa del proyecto «BiciQuito» a cerca de 70 estaciones en las que la población podrá subirse a una de las 800 bicicletas públicas que incluye el plan (ahora solo hay 200), desde Quitumbe hasta el parque Bicentenario.
Y se busca automatizar el proceso sin necesidad de operarios que entreguen las bicicletas, como hasta ahora.
FALTA DE CULTURA EN CARRETERA
De unos 50 kilómetros de longitud de norte a sur, y ubicada a 2.800 metros de altitud sobre el corredor andino, los retos que plantea la ciudad para los amantes de la bicicleta no son pocos, en particular, sus empinadas cuestas y la falta de oxígeno.
El nuevo plan también se topa con una notoria falta de cultura cívica en el comportamiento de los conductores privados y de transporte público.
Por ello, colectivos de ciclistas apelan al Municipio a que proporcione medidas de seguridad y capacitación a conductores, con el fin de que respeten al ciclista, e incluso impulsar una reducción de precios de las bicis como medio de transporte alternativo.
Diego Puente, representante de Ciclópolis, organización que fomenta el ciclismo en Quito, cree necesario redistribuir el espacio de las calles para dar cabida a vehículos, bicicletas y peatones.
«Las calles son suficientemente anchas para que entren todos, la etapa de distanciamiento físico requiere que el espacio público se amplié a favor de los peatones y bicis», consideró.
Un ejemplo de esta falta de cultura se dio en la provincia de Carchi esta semana, cuando el pedalista ecuatoriano Rubén Darío Tatés murió atropellado en ruta cuando se entrenaba en la provincia considerada «cuna del ciclismo» en Ecuador, y donde reside el ganador del último Giro de Italia, Richard Carapaz.
MÁS CICLOVÍAS
El presidente de la Unión de Ciclistas del Ecuador, Ricardo Camacho, considera que todos los municipios del país deben planificar ciclovías y este 20 de mayo envió una circular a las alcaldías del país y al Gobierno solicitando la generación de espacios y facilidades para la bici.
«La movilidad en Ecuador y en algunos países de Latinoamérica está privilegiada para el vehículo, las calles se hacen cada vez más grandes y las aceras más pequeñas, los diseños que hagan los municipios tienen que estar pensados en función de todos», se quejó a Efe.
El proyecto de Quito ha sido replicado en otras ciudades ecuatorianas como Ibarra, Cuenca y Santo Domingo, que también han activado ciclovías para evitar aglomeraciones en el transporte público, mientras que Guayaquil, una ciudad sin demasiadas cuestas, está planificando su propia iniciativa.
Kevin Hidalgo
EFE