Santiago de Chile, 4 jun (EFE).- El presidente de Chile, Sebastián Piñera, acometió este jueves un cambio en su gabinete que afecta a tres ministerios y que se produce cuando la pandemia del nuevo coronavirus está en plena escalada en el país, con cerca de 120.000 infectados y 1.356 muertos.
«Estamos enfrentando la pandemia social que ha provocado la más profunda y amplia recesión de la economía mundial de los últimos 90 años (…) Es en tiempos difíciles cuando se mide el verdadero temple de los pueblos y también cuando se mide la grandeza de sus dirigentes», afirmó el mandatario conservador.
Los cambios afectan a la Secretaría General de la Presidencia, que se ocupa de la relación con el Parlamento, y a los ministerios de Desarrollo Social y de Vivienda, que ahora estarán a cargo de Claudio Alvarado, Cristián Monckeberg y Felipe Ward, respectivamente.
Alvarado llega desde la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Monckeberg asume el nuevo cargo tras dejar la cartera de Vivienda, que será la que ocupe Ward, quien abandona la Secretaría General de la Presidencia.
Uno de los cambios principales fue la salida de Sebastián Sichel, uno de los ministros mejor valorados por la ciudadanía y hasta ahora titular de Desarrollo Social, quien fue nombrado presidente del Banco Estado.
«Cumple una fundamental labor económica y social de apoyo a las pequeñas, micro y medianas empresas, especialmente en los duros tiempos que estamos viviendo», dijo el presidente al respecto se Sichel y su nuevo rol.
Piñera decidió mantener en el cargo al ministro de Salud, Jaime Mañalich, pese a que la oposición ha pedido su cese en reiteradas ocasiones por la gestión de la pandemia, cuyo foco principal se encuentra en Santiago.
A diferencia de otros países, Chile descartó inicialmente el confinamiento total y optó por aislar las comunas (barrios) con más contagios, pero se vio obligado a dar un giro de guion a mediados de mayo tras el explosivo aumento de casos y a decretar una megacuarentena en la capital, que afecta a más de siete millones de personas.
Los analistas aseguran que el cambio ministerial es un guiño a la oposición dado el perfil conciliador de Alvarado, que se encargará de negociar un acuerdo nacional para enfrentar los estragos que está provocando el coronavirus y que llevaron a la actividad económica a desplomarse un 14,1 % el pasado abril.
«Sabemos que lo que hemos hecho no es suficiente y que tenemos que seguir avanzando con sensibilidad, lo que requiere un gran sentido de urgencia porque las necesidades son ahora, pero también con resistencia, porque si bien las necesidades son ahora van a continuar por algún tiempo», reconoció el gobernante.
Pese a que en los últimos meses hubo renuncias en carteras como Educación y Mujer, el último gran cambio en el gabinete se produjo el pasado 28 de octubre, solo 10 días después de que estallara la ola protestas contra la desigualdad, que se saldaron con una treintena de muertos y miles de heridos y ahora están suspendidas por la pandemia.
El estallido social, el más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), provocó la salida de ocho ministros, entre ellos Andrés Chadwick (Interior), primo del mandatario e histórico de la ultraderecha, quien quedó inhabilitado para ejercer cargos públicos durante cinco años por la dureza con que los cuerpos policiales reprimieron las protestas.
Piñera asumió en marzo de 2018 su segundo mandato presidencial no consecutivo y gobierna mediante una coalición de cuatro partidos de derecha: la Unión Demócrata Independiente (UDI), Renovación Nacional (RN), Evolución Política (Evópoli) y el Partido Regionalista Independiente Demócrata (PRI).
EFE