España: el temporal amaina pero deja caos y destrucción

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Decenas de voluntarios trabajan para despejar uno de los puentes de Paiporta, Valencia, este lunes. EFE/ Manuel Bruque

Madrid, 4 nov – Con el temporal dando sus últimos coletazos en España, las zonas más afectadas por las devastadoras inundaciones, en las que han muerto más de 200 personas, continúan con la limpieza y la recuperación de suministros básicos, mientras el mando del operativo militar desplegado en Valencia, la provincia más impactada, pidió «paciencia ante una situación caótica».

En Valencia, la más afectada por los estragos de las lluvias torrenciales, casi 17.000 efectivos -entre militares, guardias civiles y policías nacionales- están ya desplegados trabajando para achicar agua, limpiar las toneladas de lodo que dejó la riada y buscar posibles víctimas.

Despliegue Militar

Por su parte, el general jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Javier Marcos, pidió «paciencia» ante una situación caótica, con una «terrible destrucción de infraestructuras» que complica el trabajo de los 7.800 militares sobre el terreno que «hacen todo lo que pueden y están doblando turnos».

En rueda de prensa, el general jefe de la UME quiso ser tajante: «Hemos estado y seguimos estando» en cada municipio afectado, dijo, antes de garantizar que las Fuerzas Armadas no se dejan «una casa atrás» y se «están dejando la piel en cada momento».

Daños en edificios, sector agrícola, animales, agua

Hasta el momento, más de 2.600 edificios y más de 534 kilómetros cuadrados de al menos seis regiones se han visto afectados por las inundaciones de este fenómeno, conocido en España como depresión aislada en niveles altos (dana), que puede dejar lluvias violentas y repentinas, acompañadas de tormenta en muchos casos y fuertes vientos.

Según las estimaciones de operador de microsatélites ICEYE, sus especialistas pudieron constatar que este pasado domingo 3 de noviembre las inundaciones alcanzaron en algunos puntos una profundidad máxima de 441 centímetros (4,41 metros).

En el sector agrícola, los daños han sido cuantiosos y más de 20.000 hectáreas de cultivo, distribuidas en 42.000 parcelas, sobre todo de cítricos, caquis, uva y hortalizas y, en menor medida almendros y olivos, estarían afectadas.

Desde el Gobierno de la región valenciana, al este del país, se han retirado 2.950 animales muertos en explotaciones ganaderas de las zonas afectadas para evitar riesgos sobre la salud pública.

En este punto, sociedades científicas de salud pública, urgencias y emergencias y ONG que están trabajando sobre el terreno en las zonas más afectadas han alertado de que los desastres naturales no transmiten enfermedades infecciosas ni los cadáveres son fuente de epidemias en España, aunque sí las aguas estancadas.

Declaración de zona catastrófica y escudo laboral

Ante esta situación, el Consejo de Ministros del Gobierno español aprobará previsiblemente este martes la declaración de zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil para aquellas áreas más golpeadas y que, entre otras medidas, facilitará ayudas económicas a las víctimas de esta catástrofe natural.

Como otra medida a implantar para la protección de los trabajadores, la vicepresidenta segunda del Gobierno de españa, Yolanda Díaz, anunció este lunes un «escudo laboral» que tendrá efectos desde el 29 de octubre, el día en el que el temporal devastó Valencia, para que «no caiga ni una empresa ni un trabajador».

Ese «escudo» incluye medidas como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), sin periodo de carencia, que no consume desempleo y con obligación de las empresas de mantener el empleo, y restablecer el Plan Me Cuida que se aplicó en la pandemia de covid-19 para garantizar los derechos de conciliación en esa región.

A  primera hora de la mañana, las lluvias torrenciales recogidas desde anoche en otras provincias también del este español, pero más al norte, dejaron a la región de Cataluña sin trenes de cercanías, cortes en la alta velocidad y vuelos cancelados, además de inundaciones de carreteras y crecidas de ríos, aunque por la tarde ya se empezó a recobrar la normalidad.

EFE