Redacción internacional, 7 julio de 2021.- Dirigentes y organizaciones políticas de todo el mundo expresaron su estupor por el asesinato en la madrugada de este miércoles del presidente de Haití, Jovenel Moise, y la preocupación por el futuro de una situación que agrava la crisis del país caribeño.
En el ataque a la residencia del mandatario también resultó herida gravemente su esposa y primera dama, Martine Moise, quien a esta hora sigue luchando por su vida en la capital haitiana.
Contexto
La situación está «bajo control» en Haití, según su embajador ante la OEA
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, mediante su vocero, Stéphane Dujarric, llamó a todos los haitianos «a preservar el orden constitucional, mantenerse unidos ante este horrible acto y rechazar toda la violencia. Naciones Unidas seguirá estando junto al Gobierno y el pueblo de Haití».
A su vez, desde Bruselas, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, advirtió que la acción criminal puede impulsar una «espiral de violencia» y «entraña un riesgo de inestabilidad».
El Mercosur aseguró en una nota oficial tras lamentar la trágica muerte de Moise que «rechaza terminantemente cualquier acto de violencia, reafirma su compromiso con la plena vigencia del Estado de Derecho y las instituciones democráticas».
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), a su vez, señaló que hace un llamado a la paz y «hace extensiva a sus familiares, amigos y al pueblo haitiano su solidaridad y más sentidas condolencias».
REPÚBLICA DOMINICANA CIERRA FRONTERAS
El presidente de la vecina República Dominicana, Luis Abinader, aseguró en un mensaje vía Twitter que la acción criminal «atenta contra el orden democrático de Haití y de la región».
Ante el hecho, el Gobierno dominicano ordenó el cierre de los cuatro pasos fronterizos con Haití, y dispuso el refuerzo de la vigilancia en la zona, según dijo un responsable del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront).
Francia, país con un fuerte lazo histórico con Haití por haber sido su metrópoli colonial hasta 1804, también se expresó a través del ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, quien dijo que espera que se aclare «este crimen que se produce en un clima político y de seguridad muy deteriorado».
EEUU, VIGILANTE
A su vez, el presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo que «necesitamos mucha más información, pero es (una señal) muy preocupante de cómo están las cosas en Haití», tras asegurar que el magnicidio era un «acto atroz».
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó que la inteligencia de su país estaba «recopilando» y «evaluando» la información disponible sobre lo sucedido.
«Estamos listos y preparados para ofrecer cualquier asistencia que sea necesaria», agregó Psaki.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, apeló a la unidad política en Haití «para salir de este terrible trance que está sufriendo un país con el que tenemos muchísimos vínculos culturales y de hermandad».
Mientras, el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, recordó que el asesinado dirigente haitiano estuvo en el acto de su toma de posesión a la Presidencia de México el 1 de diciembre de 2018, acompañado de su esposa.
«Recientemente estábamos por enviar 150.000 dosis de vacunas a Haití que es un pueblo pobre, muy necesitado de ayuda internacional, y esto que sucedió es muy lamentable», agregó López Obrador.
Uno de los primeros jefes de Estado en reaccionar en América fue el colombiano Iván Duque, quien aseguró en un mensaje en sus redes sociales que «es un acto cobarde y lleno de barbarie contra todo el pueblo haitiano» y solicitó «a la Organización de Estados Americanos (OEA) una misión urgente para proteger el orden democrático» en Haití.
POR LA PAZ EN HAITÍ
Un llamado a la paz hicieron en sus mensajes de condena varios Gobiernos del continente americano, entre ellos el de Cuba, a través de su presidente, Miguel Díaz-Canel, quien envió sus condolencias «al hermano pueblo haitiano».
«¡Un hecho lamentable! Nuestras condolencias a sus familiares y al noble hermano pueblo haitiano. Abogamos porque reine la paz y la estabilidad en Haití», señaló el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, con respecto al asesinato de Moise.
El mandatario chileno, Sebastián Piñera, se unió a este deseo para «encontrar una salida a la grave crisis» que atraviesa el país más pobre de Latinoamérica.
El presidente argentino, Alberto Fernández, hizo una llamada a «la unidad para restablecer el Estado de derecho y la democracia» en Haití, mismo deseo del mandatario hondureño, Juan Orlando Hernández, y del Gobierno de El Salvador, que «hace votos para que el hermano país encuentre pronto los caminos a la concordia política y social».
«BRUTAL ASESINATO»
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, calificó el ataque a Moise como un «brutal asesinato» y «una nueva tragedia» en ese país caribeño, a lo que se unió su par de Ecuador, Guillermo Lasso, para quien el acto fue uno «inhumano, cobarde y barbárico».
El presidente del Gobierno de transición de Perú, Francisco Sagasti, hizo énfasis en el «difícil momento» para la democracia haitiana en el que se da la acción que le quitó la vida al Moise.
«Estos hechos que enlutan a nuestra región no deben quedar impunes», aseveró Sagasti.
Para el mandatario boliviano, Luis Arce, el magnicidio constituye «una flagrante violación a los derechos humanos».
Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala, señaló el asesinato como un terrible hecho» que atenta «contra el orden democrático» en la nación caribeña.
REUNIÓN DE EMERGENCIA DEL CARICOM
El magnicidio provocó una reacción inmediata de la Comunidad del Caribe (Caricom), cuyo presidente, el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, convocó de urgencia una reunión de los 15 Estados miembros para discutir la crisis en Haití.
«Estoy totalmente sorprendido por el asesinato de Moise, y oraré por el restablecimiento de su esposa, de quien se ha informado que está hospitalizada con una herida de bala», sostuvo Browne a Efe.
«Este ataque salvaje llega en un momento desafortunado en un tiempo de gran inestabilidad en Haití», añadió.
El Core Group, que reúne a los representantes en el país de la ONU y de la Organización de Estados Americanos (OEA), así como a los embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, EE.UU., Francia y la Unión Europea, pidió que los actores políticos se abstengan de recurrir a la violencia en Haití.
«Dado que Haití se enfrenta a una situación muy peligrosa, los miembros del Core Group exhortan a todos los actores a que ejerzan la máxima moderación y respeten los principios del estado de derecho. Los instan firmemente a que se abstengan de recurrir a la violencia y de cualquier iniciativa que socave la estabilidad del país y la paz civil», afirma el comunicado.
Casi que en una respuesta al comunicado del Core Group, la mayoría de los partidos de la oposición haitiana condenaron el magnicidio.
Doce fuerzas de tendencias diversas rechazaron el crimen en un comunicado en el que calificaron el asesinato del «presidente de facto» Moise como un «crimen sórdido que no cuadra con los principios democráticos».