- 21 habitantes de calle, después de un año de estar en proceso de deshabituación del consumo, lograron dejar los hábitos de calle.
- Su ceremonia de graduación se hizo en el Centro Diagnóstico y Derivación, en el que se atiende a 34 menores que hacen parte de la estrategia de restablecimientos de derechos orientada desde la Unidad de Niñez.
- Teniendo en cuenta que a estos niños se les han vulnerado algunos derechos, los ex habitantes de calle compartieron con ellos un mensaje sobre la importancia de no perder el norte y de los riesgos que tiene el consumo de sustancias psicoactivas.
Medellín, junio 19 de 2023- En el Centro de Diagnóstico y Derivación se llevó a cabo la ceremonia de graduación de 21 ex habitantes de calle. Ese lugar fue elegido como un escenario propicio para crear conciencia frente a la habitanza en calle, ya que allí reciben atención 34 niños y niñas que se encuentran en procesos de restablecimiento de derechos por problemáticas como explotación sexual y comercial, maltrato físico y psicológico, y consumo de sustancias psicoactivas.
Los ex habitantes de calle recibieron sus diplomas después de pasar un año en resocialización en Granja y Reso, que son los programas de la Administración Distrital para esta población. Niñas, niños y adolescentes, que hoy están en proceso de transformación y que comienzan a proyectar su futuro, fueron los encargados de entregar cada diploma.
“En esta oportunidad queremos felicitar a nuestros 21 ex habitantes de calle que luego de un proceso de un poco más de un año de resocialización por fin se gradúan en nuestro proyecto. Ellos, con esfuerzo y disciplina, lograron cambiar el curso de sus vidas y continuar a través de una segunda oportunidad, mostrándonos a todos y todas que sí se puede”, manifestó la secretaria de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Isabel Cristina Cadavid.
En la resocialización, los ciudadanos recibieron atención integral y alimentación; tuvieron dormitorios, clases de arte, cursos con el SENA, atención psicosocial, educación, orientación de proyectos de vida, fortalecimiento de habilidades y talleres, entre otros beneficios orientados a su reincorporación social.
El Centro Diagnóstico y Derivación busca garantizar la protección de los derechos de niños y niñas entre los 7 y los 17 años de edad. Allí, cuentan con servicios de salud, nutrición, acompañamiento y orientación psicosocial, y con actividades artísticas, deportivas y recreativas. Este espacio funciona las 24 horas del día. Los menores se caracterizan por presentar condiciones de vulnerabilidad como situación de calle, violencia intrafamiliar o por estar expuestos a abandono físico o emocional, entre otros.
Este intercambio de experiencias fue una oportunidad para que las niñas, niños y adolescentes reconozcan en los procesos de protección una oportunidad para fortalecer sus proyectos de vida y de reconocer, a través de las historias de los graduados, la necesidad de resignificar sus propias vivencias.
“Soy un ex habitante de calle y doy testimonio de un gran comienzo, de una superación personal en nuestras vidas, de nuestra superación personal. Éramos personas que vivíamos y no teníamos cosas positivas. Solamente pensábamos en lo que era el consumo y descuidamos nuestro autocuidado, nuestra autoestima. Ya, después de un paso tan grande como es la resocialización, Centro Día, el seguimiento, la Granja, todos estos méritos han servido mucho para esas personas que han querido y que quieren tener una oportunidad de salir adelante”, recalcó Jhon Fredy Garzón, ciudadano que terminó el proceso.
En lo que va del cuatrienio, más de 470 ciudadanos y ciudadanas ex habitantes de calle, tras un año de resocialización, han logrado vinculación a empleos formales, recuperación de vínculos familiares, creación de emprendimientos, restablecimiento de lazos sociales, entre otros, lo que les ha permitido acercarse a sus sueños y comprobar que ha valido la pena el esfuerzo.
Además, gracias a la casa del egresado para el habitante de calle, el Distrito hace seguimiento riguroso de cada proceso. Allí, cuentan con grupos de apoyo, acompañamiento psicosocial, ofertas laborales y un entorno seguro que les permite mantener el norte y no volver a habitar en la calle.