Exguerrilleros de las FARC que están en proceso de reincorporación confeccionan mascarillas para donar a poblaciones rurales del centro de Colombia, mientras que soldados del Ejército las fabrican en varias partes del país para ayudar a evitar la propagación del COVID-19.
Con mascarillas y guantes puestos, los exguerrilleros trabajan en su improvisada fábrica en la zona de reincorporación de La Fila, en el municipio de Icononzo, en el céntrico departamento del Tolima, donde decidieron detener su producción de ropa para mujer desde el lunes pasado para dedicarse a fabricar este elemento de producción.
En cuanto al Ejército, el Batallón de Intendencia Las Juanas, en Bogotá, encargado de confeccionar las prendas dotación de los soldados, frenó esa producción y ahora trabaja de lleno en las mascarillas para combatir el COVID-19, del que ya hay 491 casos confirmados en el país, de los cuales 6 fallecieron y 8 se recuperaron.
MUESTRA DE RECONCILIACIÓN
Ángela María Herrera, que con su emprendimiento «Manifiesta. Hecho en Colombia» trabaja con los excombatientes en la producción de ropa para mujer, aseguró a Efe que decidieron detener su producción «para empezar a hacer tapabocas que vamos a donar a las comunidades más vulnerables» como «muestra de reconciliación».
«Esta fue una decisión que tomamos en común con la Cooperativa Tejiendo Paz, que es la asociación que los agrupa a ellos (los exguerrilleros)», detalló Herrera, quien en diciembre pasado llevó la ropa producida al Congreso colombiano durante una feria de la paz y la reconciliación.
Gonzalo Beltrán, exguerrillero de las FARC y representante legal de la Cooperativa Tejiendo Paz, contó a Efe que recibieron 10 metros de tela con los que pudieron producir 300 mascarillas hasta el momento.
Según dijo, son seis las personas dedicadas a la producción, pues hay compañeras suyas que no han podido ir a trabajar porque tienen que cuidar a sus hijos, en casa desde la semana pasada cuando el Gobierno Nacional ordenó la suspensión las clases de los colegios públicos y privados por el COVID-19.
También lo achacó a la cuarentena decretada por el presidente colombiano, Iván Duque, que comenzó el miércoles y se prolongará hasta el 13 de abril y que los pobladores de La Fila han tomado «con mucha tranquilidad».
«Esa ha sido una de las cosas más importantes, pues la gente lo ha afrontado con mucha responsabilidad. Esperamos que (la cuarentena) sea lo mejor», aseguró.
FALTAN MATERIALES
Beltrán advirtió que en este momento les hacen falta materiales como telas «quirúrgicas o especiales» que se requieren para hacer las mascarillas.
«Requerimos de cauchos o resortes, los accesorios para hacer los tapabocas. Eso es lo que estamos pidiendo, esas son las cosas básicas que necesitamos para continuar con este trabajo, esta labor que es tan importante en el momento y por la situación que estamos viviendo», añadió el representante de la cooperativa.
Beltrán explicó que en este momento tienen «demasiada demanda» de mascarillas e hizo un llamado a la ciudadanía para que «se ponga la mano en el pecho y diga: vamos a apoyar no solo a la cooperativa sino que lo haremos para el beneficio de muchas personas».
Herrera, que también llevó las prendas confeccionadas por los exguerrilleros en una «PAZarela» en la Universidad de Los Andes de Bogotá en septiembre pasado, aseguró que están recibiendo las donaciones de materiales o dinero a través de plataformas de microfinanciación como Vaki.
PRODUCCIÓN INDUSTRIALIZADA
Por otra parte, el Ejército decidió detener su producción de prendas de dotación y comenzar la de más de 50.000 mascarillas con «un mínimo» de sus operarios.
«Se hizo un alto en la producción de la dotación de nuestros hombres, esto con el fin de proteger a nuestros operarios en esta situación del coronavirus y con un mínimo de ellos comenzar la producción y elaboración de más de 50.000 tapabocas», dijo el comandante logístico del Ejército, general José Walteros.
En ese sentido, fuentes de la institución explicaron a Efe que la mayoría de los empleados del Batallón de Intendencia Las Juanas son madres cabeza de familia y que, como parte de la cuarentena, ellas no están trabajando, por lo cual son los propios soldados los que están encargados de confeccionar las mascarillas.
Los uniformados, agregó la fuente, cumplen con todos los protocolos de protección establecidos por las autoridades sanitarias para evitar el contagio del coronavirus.
EFE