El gobierno de los Estados Unidos acaba de sacar de la Lista Clinton (un inventario de las personas o empresas que hacen parte o tienen nexos con el mundo del narcotráfico) acaba de quitar el nombre varios ciudadanos y firmas colombianas. Entre ellos, resalta el nombre de Carlos Mario Jiménez, conocido en la guerra y en el narcotráfico como alias Macaco. El excomandante del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) volvió al país en julio de 2019 luego de purgar una condena por delitos de narcotráfico.
De este listado hicieron parte, por ejemplo, los capos del Cartel de Cali y se calcula que, desde 1995, más de mil personas y más de 600 empresas han aparecido en la lista, la cual le prohíbe hacer transacciones financieras o tener negocios comerciales con los Estados Unidos. Además, las empresas de dicho país que tengan relación con ellos incurren en un delito.
En mayo de 2008, Macaco fue extraditado por el Gobierno de Álvaro Uribe junto a una docena de jefes paramilitares que eran requeridos por la justicia estadounidense por delitos de narcotráfico. Luego de más de una década, el exlíder del Bloque Central Bolívar (BCB) de los paramilitares y ahora está respondiendo a la justicia colombiana por las decenas de crímenes en Antioquia, Bolívar, Vichada, Putumayo, Risaralda, Caquetá, Arauca y Caldas. La Fiscalía aseguró que este grupo criminal dejó por lo menos 14.000 víctimas entre asesinatos, desaparecidos y desplazados.
Jiménez Naranjo nació en Envigado, Antioquia en febrero de 1966 y se vinculó al mundo de la criminalidad en los años noventa. Luego de haber vivido en Risaralda durante los primeros años de su vida, Macaco se fue a vivir a Puerto Asís, Putumayo, donde ingresó al negocio de la venta de combustible, logrando montar un estadero y una estación de gasolina. Al poco tiempo, junto con su esposa, empezó a ser extorsionado por el frente 32 de las Farc a cargo de alias Pedro. Incluso su pareja fue secuestrada por el grupo subversivo.
El Bloque Central Bolívar, el cual también estuvo al mando de alias Julián Bolívar, Pablo Sevillano, entre otros, delinquió con varias estructuras en Antioquia, Bolívar, Vichada, Putumayo, Risaralda, Caquetá, Arauca y Caldas, ocho departamentos donde dejó por lo menos 14 mil víctimas entre asesinatos, desaparecidos y desplazados, según el registro de Justicia y Paz.
Sin embargo, en medio de las confesiones que desató el proceso de desmovilización de los paramilitares, alias Diego Rivera, quien hizo parte del grupo de asesores del exjefe paramilitar alias Ernesto Báez, aseguró que los hermanos Castaño habían vendido ‘franquicias’ del paramilitarismo a narcotraficantes que querían por medio de Justicia y Paz, evitar la extradición. Entre ellos, según Rivera, Jiménez Naranjo había adquirido la franquicia de las autodefensas de Nariño, por un pago de $2.000 millones. No obstante, Don Berna ha desmentido tajantemente esta versión.
Tomado de El Espectador