Expertos dan recomendaciones para vivir el duelo en la crisis

FECHA:

La Secretaría de Salud del Distrito de Barranquilla, en conjunto con los administradores de cementerios y funerarias, han definido los lineamientos para el manejo, traslado y disposición final de los cadáveres de personas cuyo deceso esté relacionado con el COVID-19.

Aunque en la capital del Atlántico aún no se han presentado muertes a causa de esta enfermedad, las autoridades sanitarias han definido dichas acciones para disminuir el riesgo de transmisión en los trabajadores del sector salud y funerario, así como los familiares, comunidad en general y demás autoridades involucradas.

Humberto Mendoza Charris, secretario de Salud del Distrito, explicó que el protocolo para la disposición de cadáveres señala que, de forma obligatoria, la disposición final sea a través de la cremación.

“Nos estamos preparando para la contingencia de un posible primer pico entre finales de abril y principios de mayo. Hemos conversado con las funerarias para que se preparen y hagan los ajustes necesarios ante un posible incremento de la demanda en estos servicios y tener capacidad de respuesta”, expuso el funcionario en diálogo con el diario El Heraldo.

El funcionario sostuvo que las medidas son radicales debido a que los fluidos y gases que emite el cuerpo humano tras el fallecimiento pueden terminar infectando al personal que tenga contacto con el cadáver, lo que de inmediato generaría nuevos focos de propagación del coronavirus.

“En la guía del Ministerio de Salud se indica que el alistamiento del cuerpo se realizará siempre en el lugar del deceso y no se permitirá el traslado hacia otra ciudad o municipio para su disposición final”, agregó.

Con respecto a la manipulación de los cuerpos desde los sitios del deceso hacia los lugares en que son intervenidos para su cremación, el secretario de Salud fue enfático al indicar que es obligatorio que sean envueltos en doble bolsa de cadáveres de 150 o más micras de espesor, con el fin de evitar posibles filtraciones de fluidos.

Asimismo, Mendoza indicó que los prestadores de servicios de salud deben realizar la limpieza y desinfección de toda la zona y elementos tras el deceso de una persona que presente o tenga sospechas de la enfermedad: “El transporte y la cremación se efectuará en el menor tiempo posible, con el fin de prevenir la exposición de los trabajadores y comunidad general al virus COVID-19”.

Deiry Mattos, gerente general (e) de Funeraria Los Olivos, sostuvo que vienen redoblando su capacidad de respuesta ante esta contingencia.

“Contamos con un equipo multidisciplinario que cumple con las medidas de bioseguridad. Es un protocolo riguroso para la desinfección de los equipos y elementos que tengan exposición”, indicó.

Asimismo, hizo un llamado a la comunidad para actuar de forma responsable en medio de su momento de dolor, teniendo en cuenta que se necesita el apoyo de todos para evitar la propagación del virus.

¿Cómo vivir el duelo?. Por lo general, el impacto emocional por la pérdida de un ser querido suele ser grande. Ante la actual coyuntura por la emergencia del COVID-19, la imposibilidad de acompañar al enfermo o despedir al fallecido hace mucho más duro el duelo por la muerte de un familiar.

Para Luis Pérez Corcho, psicólogo con énfasis en el área de la psicología clínica y salud, vivir un duelo inesperado trae consigo una carga emocional importante, que está relacionada por la calidad de la relación y el significado de la persona fallecida en el otro individuo.

“Una persona que viva un duelo inesperado puede experimentar sensaciones de culpa por no haber acompañado a su ser querido en sus últimos momentos o no haber tenido la posibilidad de expresar y demostrado sus afectos en vida”, expuso en diálogo con el diario El Heraldo.

Además, explica que si bien la experiencia de cada persona varía al momento de afrontar la pérdida de un ser querido, esto también despierta ciertos miedos intrínsecos en el ser humano.

“En la situación actual que una persona cercana fallezca a causa de esta enfermedad, saca a relucir un miedo a la propia muerta, el cual está muy arraigado dentro de cada persona. Esto se refleja en que si otra persona pudo enfermarme y fallecer, a mí también me puede pasar lo mismo”, dice Pérez, quien es candidato a magister en Psicología con profundización en clínica de la Universidad del Norte.

Por esta razón, el psicólogo recomienda que la persona afectada pueda expresar sus sentimientos: “En medio del duelo, lo mejor es no aislarse con sus sentimientos y deben expresar lo que sienten a sus familiares o con un profesional, para que lo ayuden a comprender y sobrellevar esas sensaciones que pueden aparecer ante el fallecimiento de un ser querido”.

Santa Marta, experiencia por un caso. Una sola víctima fatal por COVID-19 puso en práctica el protocolo para este tipo de eventualidad en Santa Marta.

El cadáver se mantuvo íntegro y no fue manipulado. Fue amortajado sin que hubiese contacto directo con fluidos.

De acuerdo con las autoridades de salud, se cumplió con las disposiciones del Minsalud como la utilización de máscaras de filtración y otros elementos de seguridad.

En estos casos, el cadáver debe ser entregado directamente a la funeraria que también deberá cumplir con unos requerimientos y cuidados.

En La Guajira seguirán los protocolos del Minsalud
La administración Temporal del servicio de Salud de La Guajira informó que para el manejo de las muertes probables o confirmadas por COVID-19, se seguirán los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud.

Algunas de las medidas del Gobierno establecen que el cadáver debe mantenerse íntegro y limitar al máximo su manipulación, teniendo especial atención al movilizar o amortajar el cadáver evitando contacto directo con fluidos o heces fecales, utilizando en todo momento máscaras de filtración FFP2 o N95 (nunca tapabocas).

Queda restringida la realización de necropsias sanitarias, viscerotomías o similares, prácticas de embalsamamiento y tanatopraxia en casos con diagnóstico presuntivo o confirmado de infección por COVID-19. Todo el personal que interviene en el manejo, traslado y disposición final de los cadáveres asociados a la infección, deberán cumplir las normas de bioseguridad. Todos los elementos usados en el procedimiento deberán ser eliminados inmediatamente y no reutilizados. En el área hospitalaria donde ocurrió el deceso, el prestador de servicios de salud debe realizar la limpieza y desinfección terminal de toda la zona y elementos. Los prestadores de servicios de salud deben colocar el cadáver en doble bolsa para cadáveres de 150 micras o más de espesor, resistentes a la filtración de líquidos. La disposición final del cadáver será preferiblemente mediante cremación. Cuando no se cuente con este tipo de instalaciones en el territorio donde ocurrió el deceso, se practicará la inhumación en sepultura o bóveda. En todo caso, el alistamiento del cadáver se realizará siempre en el lugar del deceso y no se permitirá el traslado hacia otra ciudad o municipio para su disposición final.

Rituales fúnebres sin reuniones
Con base en los protocolos entregados por el Ministerio de Salud, los peritos forenses tendrán que redoblar su seguridad con otros elementos impermeables a la hora de manipular los cadáveres de los pacientes que eventualmente fallezcan por causa del COVID-19.

El Ministerio de Salud entregó una guía protocolaria en la que brinda indicaciones a los peritos forenses de Medicina Legal sobre varios de los cuidados que se deben tener a la hora de manipular cuerpos de personas que hayan fallecido por causa del coronavirus y que se deben aplicar al pie de la letra, según lo indican las autoridades de salud de Córdoba.

La ‘Guía de orientaciones para el manejo, traslado y disposición final de cadáveres por COVID-19’ indica que el cuerpo debe mantenerse íntegro y limitar al máximo su manipulación.

Se recomienda que al momento del levantamiento se debe tener especial atención al movilizar o amortajar el cadáver evitando contacto directo con fluidos o heces fecales, utilizando en todo momento máscaras de filtración FFP2 o N95.

En cuanto a la disposición final, los cuerpos podrán ser sepultados o cremados, pero en el menor tiempo posible para evitar el riesgo de contagio.

“El transporte, la cremación o inhumación, según sea el caso, se efectuará en el menor tiempo posible, con el fin de prevenir la exposición de los trabajadores y comunidad general al virus COVID-19. Se debe evitar la realización de rituales fúnebres que conlleven reuniones o aglomeraciones de personas”, señala el Ministerio de Salud.

En Cesar, las IPS deben cumplir parámetros
A través de una circular enviada a las IPS del Cesar, la Secretaría departamental de Salud explicó los protocolos, de acuerdo con el Ministerio de Salud, para el manejo y disposición final de los fallecidos por casos probables o confirmados de COVID-19. El secretario de Salud del Cesar, Hernán Baquero, sostuvo que “en el documento explicamos lo que se debe hacer en estos casos, con base en los parámetros definidos por el Ministerio, como el uso de insumos de protección, embalaje de los cuerpos y cremación”. Según el Ministerio, para todos los casos y todos los individuos relacionados con dichos procesos es obligatorio el uso permanente de doble guante; máscaras de filtración FFP2 o N95 (no tapabocas convencional); monogafas para evitar salpicaduras; batas impermeables de manga larga (si la bata no es impermeable, añadir un delantal plástico desechable). Estos elementos deberán ser eliminados inmediatamente y no reutilizados en los casos en que dichos elementos puedan serlo.

Cambiarían las tradiciones indígenas
Los pueblos indígenas que tienen sus propias leyes y costumbres para todo tipo de situaciones, incluidos los funerales, tendrían que aplicar algunos cambios en ellas debido a la pandemia del COVID-19. Esto se debe a que hay unas orientaciones claras y precisas del Ministerio de Salud que se deben aplicar para el manejo, traslado y disposición final de los cadáveres de personas que fallecieron a causa del coronavirus y una de ellas, es que la cremación, sin embargo, esta práctica no es contemplada por la población indígena. Como a la fecha no ha habido casos de contagio en la población étnica, ellos tampoco se han dado a la tarea de comenzar a analizar la manera cómo afrontarán el manejo de los cadáveres de contagiados y así lo expresó al diario El Heraldo Ferney Hernández, cacique territorial de la etnia Zenú en Sampués en Sucre.

“No hemos pensado aún en esa situación que es bastante incómoda”, dijo el cacique del pueblo indígena que agremia a 19 cabildos, los que desde el domingo en la tarde aplican el pico y cédula para transitar en su territorio.

Tomado de El Heraldo

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