Cracovia (Polonia), 8 sep – Un grupo de científicos españoles e internacionales especializados en el bisonte europeo se reunió en la localidad polaca de Borek (sur) para debatir el futuro del bóvido europeo que el siglo pasado llegó a extinguirse en el medio natural.
El ciclo de conferencias y presentaciones concluyó este viernes, tras la intervención de más de un centenar de biólogos y expertos de varios campos, entre los que se encontraban Fernando Morán, director de la asociación Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España, Benigno Varillas, periodista ambiental y autor del libro «Recuperar lo libre: Bisonte ibérico», y Telmo Moreno, responsable de un proyecto de aclimatación de dos manadas en el bosque mediterráneo.
La edición de este año marca el centenario desde el establecimiento de la Sociedad Internacional para la Protección del Bisonte Europeo, y en ella se han repasado los éxitos conseguidos en la repoblación de esta especie, que estuvo al borde de la desaparición el siglo pasado y de la que hay actualmente más de 8.500 ejemplares.
En una conversación telefónica con EFE, Fernando Morán explicó que en el caso de España se ha conseguido pasar, en 12 años, de un núcleo de 25 ejemplares a los 154 actuales, a pesar del escaso apoyo institucional.
Como responsable de la conservación de esta especie en España, Morán impulsa proyectos de introducción de bisontes en grandes fincas, de 2.000 a 3.000 hectáreas, donde estos animales puedan vivir «sin la sensación de estar en cautividad».
En ellas aportan un «alto valor ecológico desbrozando, limpiando la maleza» y aclarando el ramaje del terreno lo que, entre otras cosas, contribuye a que no se produzcan incendios forestales.
En el pasado, las dos guerras mundiales (concluidas en 1918 y en 1945) dejaron casi completamente al borde de la extinción a la población salvaje de este emblemático mamífero, el mayor de Europa, que tras una etapa de recuperación vuelve a afrontar un reto por culpa de otro conflicto: la guerra de Ucrania.
Por ejemplo, en el área de Konotop, en el norte de Ucrania, la rotura del vallado de una zona donde estaba asentada una población de 64 bisontes, ha provocado la dispersión de los animales, por lo que las hembras llevan ya dos años sin reproducirse.
No obstante, las instalaciones de aclimatación de nuevos ejemplares permitirán introducir nuevos individuos en la zona, según eplicaron por videoconferencia los responsables de las manadas ucranianas.EFE.