Quito, 27 sep – El Cuerpo de Bomberos de Quito declaró este viernes extinguido el incendio que se inició en la tarde del martes y que puso en jaque a la capital de Ecuador, al haber calcinado al menos 146 hectáreas y haber afectado a varias viviendas.
Tras dos intensas jornadas de labores contra el fuego, que se reavivó en un sector el jueves, la emergencia quedó solventada gracias también a una lluvia fina y persistente que desde la tarde del viernes cayó en la zona afectada, lo que permitió humedecer el área y evitar rebrotes.
El incendio dejó al menos siete heridos y tres viviendas afectadas, y fue el último de una serie de fuegos que se han suscitado en torno a la capital ecuatoriana así como en otras zonas del país debido a la grave sequía que se registra durante los meses centrales de 2024, especialmente en la sierra andina.
«Se ha liquidado el peor incendio de, al menos, los últimos 30 años (en Quito)», dijo este viernes el alcalde, Pabel Muñoz, que agradeció el apoyo de instituciones y de la ciudadanía para hacer frente a la emergencia.
Las llamas se iniciaron en la parte baja del sector de Guápulo, un barrio de Quito situado en una ladera, y pronto se extendieron hacia arriba hasta alcanzar el Parque Metropolitano y hasta saltar al cerro El Auqui, que se encuentra en frente, y que quedó prácticamente calcinado en su totalidad.
El humo se extendió por la zona norte de Quito desde los primeros instantes hasta llegar incluso a tapar el sol y reducir la calidad del aire a niveles que exigían portar una mascarilla. El olor a quemado ha persistido en buena parte de la ciudad durante tres días consecutivos.
Desde un primer momento se consideró por parte de las autoridades ecuatorianas que el incendio había sido provocado, y producto de ello han sido detenidas dos personas, entre ellas una de nacionalidad colombiana, mientras que la otra ha sido recluida en prisión preventiva.
En total han ardido más de 39.000 hectáreas en Ecuador desde inicios de año a causa de incendios forestales, el 80 % desde agosto, cuando se ha recrudecido la sequía y los fuegos se han multiplicado.
El más grave de ellos arrasó con más de 6.000 hectáreas en la sureña provincia andina de Loja, fronteriza con Perú, en una emergencia que requirió la asistencia de Colombia y Perú, que envió dos aviones C27-J Spartan y dos helicópteros Mi-17 para sofocar el fuego desde el aire.
Además de los incendios, la sequía ha conllevado también en Ecuador unas fuertes restricciones energéticas, marcadas por racionamientos de electricidad con apagones de hasta once horas al día desde la semana pasada en algunas zonas, ante la insuficiente agua que conservan sus principales centrales hidroeléctricas.
La matriz de generación eléctrica de Ecuador depende en un 72 % de centrales hidroeléctricas, entre ellas el complejo tres plantas del río Paute, en el sur del país, con una potencia en conjunto de más de 1.700 megavatios, y Coca Codo Sinclair, la hidroeléctrica más grande del país, con una potencia de 1.500 megavatios, situada en la Amazonía.
EFE