Familiares de los desaparecidos en Perú dan aliento a las familias rotas por la COVID-19

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Lima, 9 septiembre.- El drama que soportan desde hace décadas los miles de familiares de desaparecidos a causa de la violencia armada en Perú se refleja ahora en la pandemia con las miles de personas que han perdido a sus seres queridos por la COVID-19 y que experimentan sensaciones muy similares a la de una desaparición.

Incertidumbre, frustración y angustia afloran entre las familias con pérdidas repentinas por el coronavirus y que no han podido despedirse adecuadamente, una desazón que se asemeja a la que experimentan otros peruanos que aún no conocen el paradero de su pariente desaparecido forzosamente durante el conflicto armado interno (1980-2000).

Por ello, los deudos de desaparecidos se han solidarizado con esas familias rotas por la COVID-19 en una campaña promovida por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

«Atravesamos una incertidumbre y un dolor muy parecidos a lo que están viviendo ahora miles de peruanos que pierden a sus seres queridos por el coronavirus», contó en un comunicado de Cruz Roja Doris Caqui, presidenta de la Coordinadora Nacional de Familiares de Víctimas de Desaparición Forzada (Favidefo).

«Hay una pérdida repentina de nuestro ser querido, sin poder despedirnos, sin poder enterrar un cuerpo de acuerdo a nuestros ritos y tradiciones», añadió Caqui, que desde hace 32 años busca a su compañero Teófilo Rímac Capcha, padre de sus tres hijas y su hijo.

ABRAZOS NEGADOS

Para ella lo más reconfortante era poder abrazarse con sus hijos, pero eso tampoco es posible en esta época de pandemia. «Recuerdo que algo que calmaba un poco mis noches de angustia, era compartir con mis hijas y mi familia un mate de toronjil (melisa)», recordó Caqui.

Por ello, ese té herbáceo es el protagonista de la campaña «Toronjil, para no ahogarnos en el llanto», donde varios familiares de desaparecidos por la violencia armada comparten esta bebida caliente con personas que han perdido seres queridos por COVID-19 y no tuvieron un adiós digno.

«La desaparición de un familiar y la pérdida de un ser querido por la COVID-19 comparten efectos en común: el impacto traumático entre los deudos, la soledad de las familias, la ausencia de un cuerpo para velar, así como la falta de ritos que cierren el ciclo de esa vida,» comentó Eva Esteban, psicóloga de la Cruz Roja.

«Es lo que se conoce como pérdida ambigua, que es la pérdida repentina de un ser querido sin saber qué fue de él o ella y sin poder despedirlo como merece», agregó.

MÁS FALLECIDOS QUE EN CONFLICTO

En apenas seis meses de pandemia Perú registra más fallecidos que en los 20 años de conflicto armado interno entre el Estado y los grupos subversivos Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).

Desde que comenzó la pandemia en marzo hay más de 70.000 fallecidos por encima de los registros de defunciones respecto al mismo periodo de años anteriores, lo que es más que las 69.000 muertos que dejó la guerra interna, según el cálculo de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) en su informe final.

Las muertes confirmadas oficialmente por coronavirus apenas son 30.000, pero ya son también más que las 25.000 víctimas mortales que fueron documentadas por la CVR durante las dos décadas de violencia armada.

Los desaparecidos durante el conflicto armado ascienden a casi 21.800 personas, según el Registro Nacional de Desaparecidos (Renade), y hasta la fecha solo se han logrado ubicar poco más de 4.400, de los que algo más de 2.700 han logrado ser identificados y sus restos mortales entregados a sus familiares.

En ese sentido, el Comité Internacional de la Curz Roja recordó que «en estos tiempos de pandemia tan duros para miles de familias, la búsqueda de personas desaparecidas no debe ser desatendida».

EFE

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