Hace dos meses que ningún argentino puede contonearse en la pista de una discoteca por la pandemia, pero eso no impide que decenas de miles de personas sigan «perreando» cada sábado en la noche, desde su salón, al ritmo que marca el ‘vivo’ de una popular fiesta a través de las redes sociales.
«La Bresh» ha pasado de los boliches-discotecas- del país a las casas de las hasta 80.000 personas que se reúnen a la vez cada sábado, pasada la medianoche en sus sesiones emitidas por Instagram, para bajar juntos hasta el suelo al ritmo de la música.
DJ Bröder es una de la caras visibles de estas sesiones que tienen mucho de «perfomático», según cuenta en una entrevista con Efe, en la que reconoce que, antes de la primera edición de «La Bresh en casita», se daba por satisfecho si había más de 1.000 espectadores. Las expectativas se superaron y ahora el récord de conexiones a lo largo de una sesión es de aproximadamente 850.000 personas.
UN CRECIMIENTO MONSTRUOSO
Bröder, cuyo nombre real es Alejandro Saporiti, asegura que la masiva afluencia de público a sus sesiones en línea supone un «crecimiento monstruoso» para Bresh.
Esta fiesta surgió hace cuatro años y se ha consolidado hasta el punto que antes de la pandemia se celebraba semanalmente en Buenos Aires y otro lugar de Argentina y habían realizado varias incursiones en países como Uruguay o Ecuador.
Asociada a valores como la falta de prejuicios o el feminismo, el DJ destaca que desde Bresh buscan una fiesta que sea para todos y que de lo que él considera la antidiversión: «los excesos», «la violencia» o «el machito que va por la discoteca tocando culos».
Pese a que la cuarentena interrumpió muchos planes y los sumió en la desilusión, decidieron buscar cómo darle la vuelta a las tornas y así poder recordar la cuarentena como una etapa en la que no solo se salió del paso, sino como un momento de crecimiento. El resultado sobrepasó las previsiones del equipo, que ha visto cómo en mes y medio se triplicaron los seguidores en redes sociales.
NOCHES DE BRESH
Pese a que solo se celebra los sábados, el recuerdo y la expectativa de la próxima fiesta sigue presente durante toda la semana en las redes sociales argentinas, donde los asistentes aprovechan para pedir canciones al DJ o rescatar los que consideran los mejores momentos adornados con «gifs» bailando de personajes como el ogro Shrek, que hacen su aparición también durante el video de las sesiones.
Entrar en el «hashtag» de la fiesta supone encontrarte a personas en pijama, en sudadera o perfectamente maquilladas danzando al ritmo de la misma canción… en cada salón se vive una fiesta diferente, lo que da lugar a todo tipo de anécdotas.
Bröder rescata varias que le envían los asistentes: una pareja que tras conocerse en el chat de la sesión empezó a hablar por Whatsapp o una familia en la que dos adolescentes entran al salón y se encuentran con su padre disfrazado de miembro de seguridad y su madre preparando un refresco mientras escuchan su música.
Para él, esta última anécdota ilustra cómo la nueva fiesta digital le permite alcanzar un público que no iba a las discotecas como adolescentes o personas algo más mayores.
LAS DIFERENCIAS DE UNA FIESTA DIGITAL
Las sesiones cambian mucho, asegura Bröder y aunque «la minipimer-batidora- de géneros» es una de la señas innegociables de Bresh, el tener tanto público nuevo ha cambiado las dinámicas.
En una discoteca, una sesión normal empieza con temas más ligeros, se va generando ambiente y luego «se tiran todas las bombas juntas», explica Bröder, pero «en los vivos de Instagram funciona al revés, y la mayor carga de intensidad, temazos, momentos, todo lo tienes que cargar en las primeras dos horas».
El DJ compara el directo en la red social con una transmisión de televisión donde ves el efecto de cada tema en el contador de espectadores.
Y es que como en el resto de rincones de internet, en la fiesta digital también prima lo inmediato y el público se conecta esperando escuchar los temas que encabezan listas durante la semana, por lo que artistas como Britney Spears o los Black Eyed Peas o géneros como la cumbia deben esperar a la madrugada mientras suenan estrellas del momento como Karol G o Bad Bunny.
Bröder muestra curiosidad por si las transmisiones han «llegado para quedarse» y complementar los eventos en vivo o será una moda pasajera de la cuarentena como hacer pan en casa.
Chile, Ecuador, Paraguay, Colombia, España…. La lista de destinos a los que espera llevar Bresh cuando se eliminen las restricciones es larga, cuenta el DJ, pero es imposible programar nada a ciencia cierta en las circunstancias actuales.
Hasta que las pistas de baile puedan llenarse de nuevo, sesiones digitales como Bresh planean seguir convirtiendo las casas en una pequeña fiesta para conseguir que, al menos en Argentina, el ritmo no pare.
EFE