Filas interminables con horas y horas de paciente espera, incluso durmiendo en la gasolinera esperando a que abra, es el panorama que se encuentran quienes necesiten reportar su auto en muchas gasolineras de la ciudad boliviana de La Paz.
Y eso que el abastecimiento se recuperó hace días, después de haber estado racionado por los problemas para que llegaran gasolina y el diesel desde una refinería bloqueada a pocos kilómetros por los conflictos en que sigue inmersa Bolivia.
EL DÍA A DÍA SIN COMBUSTIBLE
La escasez «afectó bastante a la población, nos perjudicó sobre todo a los que vivimos del día a día», contó a Efe Juan Carlos, un taxista cuyo sustento diario depende de lo que gane al volante.
Los camiones cisterna pueden bajar con relativa normalidad desde la vecina ciudad de El Alto, en el altiplano, para abastecer a La Paz, donde les esperan filas eternas de vehículos, que en algunos casos llegan hasta a cinco o seis cuadras.
«Ya todo va normalizándose y los precios no han variado (…), han sido semanas difíciles para todos», contó a Efe Henry, otro conductor que tiene la esperanza de que pronto todo esté tranquilo.
Los populares minibuses en que se mueven cada día los paceños y los taxis que surcan sin descanso la ciudad ya pueden abastecerse sin límite, al contrario de días anteriores, cuando la cantidad permitida era de 26 litros por valor de 100 bolivianos, unos 14,50 dólares.
Los conductores se quejaron de que con esa cantidad no podían completar un día de trabajo, pero ahora que ya no hay limite, aún se registran gasolineras sin combustible o que se agota pronto ante la demanda desbordada, con la esperanza de que se vaya normalizando.
NOCHES DE ESPERA
Muchos conductores pasan la noche a la espera de los camiones cisterna que traen los carburantes desde la planta de Senkata en El Alto, donde la semana pasada se registraron graves incidentes.
Al menos nueve civiles perdieron la vida por disparos cuando un operativo militar y policial escoltaba un convoy de cisternas para que saliera de la planta entre grupos de gente que la bloqueaban.
Pese a que el límite de compra ya fue levantado para vehículos, se mantiene la restricción a la venta en bidones o tanques de combustible.
Un conductor de un camión recolector de basura en La Paz dijo a Efe que el desabastecimiento ha afectado todo y por ende a los recorridos para recoger los desechos en la ciudad, donde en muchas calles se ven desde hace días grandes cantidades acumuladas de desperdicios.
VIGILANCIA EN LA REFINERÍA
El ministro interino de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, afirmó este domingo que aún se mantiene la vigilancia en la planta de Senkata para que no se presenten de nuevo estos inconvenientes.
«Ya se tiene el reporte de que más de un millón de litros de combustible», entre gasolina y diesel, que han salido despachados hasta este pasado sábado, comentó.
«Aún hay unos focos pequeños de gente que aún intentan bloquear», por lo que la Policía y el Ejército mantienen la vigilancia, sin que se haya interrumpido la distribución, en palabras del ministro.
Bolivia pasa por una grave crisis desde el día después de las elecciones del 20 de octubre, cuando comenzaron las denuncias de fraude a favor de Evo Morales, que fue proclamado después vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
El pasado 10 de noviembre Morales anunció su renuncia, presionado por las Fuerzas Armadas, y al día siguiente viajó a México en condición de asilado.
La renuncia de Morales es calificada de «golpe de Estado» por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos, mientras que otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez y parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.
EFE