El Estadio Monumental de Lima, el más grande de Perú, acogerá el 23 de noviembre el partido más importante en sus diecinueve años de actividad con la final de la Copa Libertadores entre el Flamengo brasileño y el River Plate argentino, que inicialmente debía disputarse en Santiago de Chile.
Desde que fue inaugurado en 2000, el Monumental de Lima es el mayor orgullo del Universitario de Deportes, el club con más títulos en Perú al acumular 26 campeonatos, pero su complicada gestión, su incómoda ubicación y los diversas clausuras por casos de violencia han deslucido a este coloso de hormigón.
Con una capacidad para unos 80.000 espectadores, de ellos 60.000 en tribunas y unos 20.000 en palcos, es muy poco frecuente ver el estadio de lleno.
Por lo general, Universitario solo consigue llenarlo dos veces al año, en la Noche Crema, que es el partido de presentación del primer equipo, y en el clásico del fútbol peruano contra Alianza Lima.
Con suerte el coloso de Ate, como también se le conoce por el distrito de la periferia de Lima donde se encuentra, se vuelve a llenar si la selección de Perú juega ahí algún partido decisivo o algún artista de renombre internacional ofrece un concierto, como Paul McCartney en 2014, o los Rolling Stones en 2016.
TRES HORAS PARA LLEGAR AL ESTADIO
El principal motivo que ahuyenta a los aficionados a acudir al estadio es su complicado acceso, pues llegar desde el centro de Lima puede tomar hasta tres horas, ya que solo existe una única vía de acceso: la avenida Javier Prado, la gran arteria vial que cruza la capital peruana de oeste a este.
El Monumental se encuentra en el extremo este de esa avenida, rodeado de cerros secos y muy cerca de la huaca Puruchuco, uno de los principales templos prehispánicos de la capital peruana, escenario de una sangrienta batalla entre los incas y los conquistadores españoles.
Las crestas de las colinas de alrededor están valladas para evitar que el terreno sea invadido por las crecientes urbanizaciones improvisadas que se extienden en los suburbios de la ciudad.
Cuando hay actividades multitudinarias, salir del estadio es otro quebradero de cabeza, pues el atolladero de vehículos es tan grande que muchos espectadores optan por caminar hasta treinta cuadras para poder tomar un taxi, cuyos precios se disparan por la alta demanda.
CONSTANTES CLAUSURAS
Durante los últimos años ha sido frecuente que el Monumental fuese clausurado temporalmente por distintos episodios de violencia acontecidos tanto dentro del estadio como en las calles aledañas.
El capítulo más dramático fue la muerte de Walter Oyarce, un hincha de Alianza Lima que en un clásico en 2011 fue lanzado al vacío por barras bravas de Universitario desde uno de los más de mil palcos que rodean las tribunas del estadio.
Los violentos seguidores del equipo crema también han protagonizado en otras ocasiones tiroteos y actos vandálicos en los alrededores del estadio que han llevado a su cierre por largas temporadas y a la ‘U’ a tener que alquilar el Estadio Nacional.
UNA TORTUOSA RELACIÓN A TRES
El Monumental es objeto de una tortuosa relación a tres bandas entre Gremco, constructora que gastó 52 millones de dólares en levantarlo; Universitario, club que debía usarlo y pagar en cuotas su construcción; y la junta de propietarios de los palcos, comercializados como una propiedad inmobiliaria diferente.
En esta tesitura, Universitario, que se encuentra actualmente bajo un concurso de acreedores para cubrir su deuda estimada en unos 165 millones de dólares, se veía perjudicado por los distintos acontecimientos que Gremco organizaba sobre el césped, que iban desde conciertos a eventos religiosos.
Un proceso arbitral dictaminó recientemente que Universitario sea inscrito de una vez por todas como propietario del Monumental, a cambio de transferir a la constructora el ‘Lolo’ Fernández, el pequeño e histórico estadio que todavía conserva la ‘U’ en el céntrico distrito de Breña.
ESCENARIO DE LA PRIMERA LIBERTADORES SUB’20
El coloso de Ate ya fue en 2011 el escenario de la final de la primera Copa Libertadores sub’20, ganada precisamente por Universitario frente al Boca Juniors en los penaltis. Al año siguiente el título lo ganó el River Plate, pero la final se disputó en el estadio Alejandro Villanueva, la casa de Alianza Lima.
El estadio, que tiene una estatua y una tribuna dedicada a Teodoro ‘Lolo’ Fernández, el mayor goleador histórico de la ‘U’, también ha sido testigo de los tres últimos títulos nacionales ganados por el conjunto crema y en Libertadores solo ha recibido, hasta el momento, partidos de la fase de grupos.
EFE.
