París, 20 mar – El Gobierno francés movilizó este jueves a los principales actores de la industria militar en una operación de comunicación para tratar de captar la atención de los inversores particulares e institucionales con el argumento de que es un sector fundamental para garantizar los principios del país.
«Producir armas no es algo sucio», subrayó el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, que dirigió esta operación junto al responsable de Economía, Éric Lombard, primero en una reunión con varios cientos de personas en París y luego en una visita a una fábrica de cargas para proyectiles de artillería en Bergerac (suroeste).
Lecornu se esforzó en mostrar los progresos que ya se han realizado en los últimos dos años en esa planta de la estatal Urenco para responder en primer lugar a las demandas de Ucrania, y contó que se ha aumentado la plantilla de 180 a 500 empleados para aumentar las cadencias a 100.000 obuses anuales.
El titular de Defensa puntualizó que lo que está haciendo Francia es «un esfuerzo de defensa, no de guerra».
Lombard remachó en Bergerac el mensaje de que «la inversión en defensa no sólo es socialmente responsable» sino que «garantiza la paz» y está «al servicio del proyecto democrático europeo».
Francia ha programado un incremento del gasto en defensa en sus presupuestos con una ley de programación militar para el periodo 2024-2030 que prevé una partida de 413.000 millones de euros en ese periodo, lo que de cumplirse supondría 118.000 millones más respecto al periodo precedente (2019-2025).
Para financiar el previsible aumento de las carteras de pedidos, el Ejecutivo calcula que las empresas necesitarán movilizar entre 5.000 y 7.000 millones de euros de nueva financiación de aquí a 2030, de los cuales entre 1.000 y 3.000 millones en fondos propios.
El grueso de esos capitales deberá llegar del sector privado y para orientar a los particulares, el Gobierno ha decidido que la banca pública de inversión Bpifrance cree un fondo que pretende captar 450 millones de euros.
Los franceses podrán dedicar a ese fondo, que financiará empresas europeas (tendrán que ser al menos en un 70 % francesas) entre un mínimo de 500 euros y un máximo de «varios miles de euros» que estarán bloqueados durante al menos cinco años y que no tendrán una rentabilidad garantizada.
La planta de obuses de Eurenco en Bergerac que visitaron Lecornu y Lombard es uno de los once proyectos de relocalización de actividad de armamento en Francia impulsados por el Gobierno, a los que podrían añadirse otros diez que están en proyecto.
El sector de la defensa en Francia, que es el segundo exportador mundial de armas sólo por detrás de Estados Unidos, lo componen 4.500 empresas que representan unos 220.000 empleos directos e indirectos.
EFE