Naciones Unidas, 14 oct – La violencia en la frontera entre Israel y Líbano, conocida como la Línea Azul, alcanzó este pasado domingo un ‘pico’ en todo el año transcurrido con un total de 1557 disparos, registrados por la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), de los que 1441 vinieron de Israel (un 92 %).
El portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo este lunes en su rueda de prensa diaria que esta es la cifra de disparos más alta desde el 8 de octubre de 2023, cuando la milicia libanesa de Hizbulá se sumó casi de inmediato a los ataques terroristas de Hamás contra Israel.
Dujarric añadió que la misión de la FINUL, comandada por el general español Aroldo Lázaro, «continuamente está evaluando todos los factures para determinar su propia postura y presencia y sus posiciones en la Línea Azul», pero excluyó en lo inmediato reducir o aumentar el número de agentes.
El portavoz dijo que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, «aprecia enormemente el valor y la determinación» de los cascos azules, por quienes dijo sentir «orgullo por su trabajo realizado», pese a no haber conseguido frenar los ataques, cada vez más encarnizados, entre Israel y Hizbulá, ni haber podido propiciar un despliegue del ejército libanés en la franja sur del país donde opera Hizbulá.
Con respecto a la ineficacia de la ONU por no haber podido evitar esta situación de guerra casi abierta, Dujarric recordó que la resolución 1701 del Consejo de Seguridad, que es la que pedía el despliegue del ejército libanés y el desarme de todas las milicias no regulares, «es una responsabilidad que recae en muchas partes».
Eso significa que los cambios en la misión de la FINUL o en su despliegue no es una decisión que competa al secretario general, sino al mismo Consejo de Seguridad, que hoy se reúne en dos sesiones distintas (mañana y tarde) a puerta cerrada con el tema del Líbano como el único en la agenda, sin que haya prevista una votación de una nueva resolución.
EFE