Kabul, 14 de junio.- El Gobierno afgano y los talibanes anunciaron este domingo que mantendrán una primera reunión en Catar, el mismo día en que Kabul denunció que la formación insurgente no ha respetado su compromiso de reducir la violencia y continúa lanzando ataques.
«El Gobierno afgano solo ha acordado que una primera reunión tendrá lugar en Doha, no hay todavía ningún acuerdo para el lugar de las negociaciones directas», confirmó a EFE el portavoz presidencial, Sediq Sediqqi, sin desvelar la fecha del encuentro.
Un ayudante de alto rango del presidente afgano, Ashraf Ghani, remarcó a Efe bajo la condición de anonimato que se trata de una primera reunión mientras ambas partes detallan los pasos de un proceso de paz que busca poner final a casi dos décadas de guerra.
«Compartiremos información oficial detallada sobre el lugar de las negociaciones directas pronto», dijo el oficial.
La decisión de reunirse en Catar, hasta ahora inédita ya que los talibanes se han negado a sentarse a la mesa con el Gobierno de Kabul, fue tomada el pasado jueves en una reunión entre Ghani y una delegación de la oficina política de los talibanes en Catar.
El portavoz de la oficina política talibana, Suhail Shaheen, confirmó a Efe que la reunión tendrá lugar en Doha aunque tampoco dio detalles sobre la fecha.
LOS TALIBANES MANTIENEN LA VIOLENCIA
El anuncio de la reunión llegó el mismo día en que el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional afgano, Javid Faisal, denunció en una rueda de prensa que los talibanes no han respetado su promesa de reducir la violencia a largo plazo después del alto el fuego de tres días por el fin del Ramadán a finales de mayo.
Según Faisal, los talibanes llevaron a cabo 222 ataques solo en la última semana.
«Como resultado de estos ataques contra las fuerzas de seguridad del país, 422 miembros de las fuerzas de seguridad fallecieron o resultaron heridos», dijo el portavoz del Ministerio de Interior, Tariq Arian, en la misma rueda de prensa.
UN PROCESO CON MESES DE RETRASO
Las negociaciones directas entre el Gobierno afgano y los talibanes debían haber comenzado el 10 de marzo según el acuerdo alcanzado entre los insurgentes y Estados Unidos en Doha el pasado febrero, con el que los norteamericanos se comprometieron a la retirada de sus tropas en un periodo de 14 meses.
Pero según el acuerdo de Doha, el Gobierno afgano debía liberar a 5.000 prisioneros talibanes a cambio de 1.000 rehenes en manos de los insurgentes.
Kabul ha liberado por el momento a 3.000 miembros de la formación insurgente mientras que los talibanes han sacado de sus cárceles a unos 500 presos, en un proceso marcado por la desconfianza que se ha convertido en el principal obstáculo al inicio de las conversaciones de paz intraafganas.
En las últimas semanas, ambas partes se han mostrado dispuestas a completar el controvertido intercambio, y Shaheen indicó el pasado jueves que los talibanes están dispuestos a comenzar las negociaciones en una semana si el Gobierno afgano libera a los 5.000 combatientes.
EFE