El Gobierno colombiano exigió este martes a los grupos armados ilegales que dejen de utilizar minas antipersona porque los principales afectados son los civiles, petición secundada por los exguerrilleros «Francisco Galán» y «Felipe Torres» que ahora son gestores de paz.
Colombia es, después de Afganistán, el país con más víctimas de minas antipersona en el mundo y según datos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), al menos 118 personas fueron víctimas de estas cargas en el primer trimestre del año, un 45,6 % más que en el mismo periodo de 2019.
«Exigimos a los grupos armados que no sigan instalando minas antipersonal. Este flagelo hace que nuestros campesinos no puedan acceder a sus tierras ni cultivar y tampoco (acceder) a servicios básicos como la salud. Este crimen de guerra debe parar», dijo el alto comisionado de Paz, Miguel Ceballos, en una declaración divulgada por su despacho.
CRIMEN DE GUERRA
El funcionario aseguró que es «muy importante» que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las FARC, y bandas como el Ejército Popular de Liberación (EPL) y Los Caparros «recuerden que es prohibido instalar esas minas porque es un delito y un crimen de guerra».
Al llamado de Ceballos se unieron Gerardo Antonio Bermúdez, alias «Francisco Galán», y Carlos Arturo Velandia, alias «Felipe Torres», quienes el mes pasado fueron designados por el Gobierno como promotores de paz para un eventual acercamiento con el ELN, grupo del que hicieron parte en el pasado y con el cual los diálogos están en punto muerto desde agosto de 2018.
Para Bermúdez, las minas antipersona y otros explosivos son «todas armas ciegas que no distinguen entre campesinos, niños, indígenas, estudiantes, soldados o guerrilleros. Esta es la industria malvada de los explosivos bélicos».
El exguerrillero aseguró que «nadie se detiene a pensar quiénes son las principales víctimas» y por eso consideró que «es apenas lógico que el uso de estos artefactos (minas antipersona) se tiene que acabar, y se debe acabar ya».
De las 118 víctimas de minas del primer trimestre de este año, 83 son civiles y 17 menores, mientras que 35 son miembros de la fuerza pública o de grupos armados ilegales, según el reciente informe del CICR.
CAMPESINOS, LAS MAYORES VÍCTIMAS
Sobre los daños causados por este tipo de explosivos, Torres recordó que después de Afganistán, Colombia es el país con más víctimas en el mundo, con más de 11.500 casos.
«Los que más afectados resultan son los campesinos porque son los que más ponen víctimas y porque son sus tierras las que resultan contaminadas y deben desplazarse», explicó el exguerrillero.
Recordó que los departamentos de Antioquia, Nariño, Meta, Cauca y Norte de Santander han sido los más golpeados por las minas, un problema que ahora también afecta a poblaciones del Chocó, algunas zonas de Arauca y Bolívar.
«Este año (las minas antipersonal) han causado 118 víctimas, la mayoría de ellos civiles y entre estos han caído muertos o mutilados 17 niños», dijo Bermúdez.
Por último, el exguerrillero dijo que la persistencia del conflicto armado, a pesar del acuerdo de paz con las FARC de noviembre de 2016, está impidiendo el desminado humanitario pero aún así el Gobierno ha descontaminado casi 400 municipios.
EFE