Ciudad de Guatemala, 6 junio de 2025.– El volcán de Fuego de Guatemala entró este viernes en calma tras erupcionar en la noche del miércoles, sin mayores consecuencias hasta el momento, de acuerdo con fuentes oficiales.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) detalló que han sido evacuadas casi mil personas debido al flujo de lava que cayó durante el jueves en las comunidades aledañas al volcán.
En el cráter del coloso, de 3.763 metros de altura, se observa una fumarola blanca y se mantiene la alerta anaranjada (prevención) ante cualquier emergencia, según la misma fuente.
El último boletín emitido este viernes por el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) aclara que no ha concluido la actividad del cono, ubicado entre los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, a unos 50 kilómetros al suroeste de la capital.
El ente científico mantiene equipos de vigilancia permanente para verificar el comportamiento del volcán, que tuvo una de sus peores erupciones el 3 de junio de 2018, la cual dejó más de 300 muertos y la destrucción de poblados.
La Conred mantiene habilitados varios albergues a donde evacuó a casi mil personas, las cuales han recibido atención humanitaria mientras son retornados a sus hogares.
El Insivumeh explicó que este viernes se observa en la parte suroeste del cráter del volcán el descenso de un flujo de lava con incandescencia hacia la barranca denominada «Ceniza», con una longitud de unos 1.200 metros.
Los lahares que descendieron el jueves restringieron el paso de vehículos por las carreteras aledañas al coloso, aunque las mismas ya fueron habilitadas este viernes.
La ceniza producida por la erupción alcanzó alturas de más de 4.800 metros y se desplazó a una distancia de entre 30 y 50 kilómetros hacia el noroeste, suroeste y oeste de la montaña.
Pese a la aparente calma, el Insivumeh recomendó a la Conred, la máxima autoridad de protección civil en Guatemala, permanecer atentos para alertar a los poblados sobre los flujos de lava que podrían seguir activos.
EFE