Helsinki, 28 noviembre.- Las autoridades del área metropolitana de Helsinki anunciaron la cancelación durante las próximas tres semanas de todos los eventos públicos y el cierre de los centros culturales y deportivos, entre otras medidas, debido al notable empeoramiento de la situación epidemiológica.
Finlandia es actualmente el segundo país europeo con menor incidencia del virus por detrás de Islandia, con 88,6 contagios por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, aunque en la capital, Helsinki, esta cifra se ha disparado hasta los 236 casos y sigue creciendo.
Las medidas de contención anunciadas el viernes afectarán a todas las instalaciones deportivas cubiertas, piscinas, museos, teatros, salas de conciertos, centros culturales, casas de la juventud, y demás locales de ocio municipales, con excepción de las bibliotecas, a las que se podrá acudir sólo para recoger o devolver libros.
También se cerrarán las instalaciones deportivas al aire libre y se cancelarán las competiciones de adultos no profesionales, aunque estas medidas no afectarán a los menores de 20 años.
Al mismo tiempo, se prohíben todas las reuniones públicas excepto las consideradas esenciales, que podrán tener una cantidad máxima de diez asistentes, y se recomienda que no se organicen reuniones privadas con personas ajenas al núcleo familiar.
Asimismo, los estudiantes de secundaria (bachillerato o formación profesional) de la región capitalina ya no tendrán clases presenciales, salvo excepciones, y tendrán que continuar a distancia sus estudios al menos hasta final de año.
Las medidas anunciadas sólo afectarán al área metropolitana de la capital finlandesa, compuesta por las ciudades de Helsinki, Espoo, Vantaa y Kauniainen, donde viven 1,4 millones de personas, uno de cada cuatro habitantes del país nórdico.
Pese a la gravedad de la situación en esta región, la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, afirmó esta semana que todavía no se dan las condiciones como para declarar el estado de emergencia, como hizo en primavera, aunque no descarta recurrir a esta medida extraordinaria si no desciende el ritmo de contagios.