Antioquia, Colombia, 23 diciembre de 2024.- Aunque Antioquia ha registrado una reducción del 4,6 % en homicidios entre 2023 y 2024, pasando de 1.679 a 1.600 casos, cinco subregiones del departamento muestran un aumento preocupante en la tasa de homicidios: Oriente (5,7 %), Suroeste (3,5 %), Bajo Cauca (59,5 %), Norte (13,4 %) y Nordeste (26,3 %).
En 2023, se evidenció una disminución significativa de cerca del 36,2 % en homicidios en el departamento, pero el comportamiento de la violencia sigue siendo heterogéneo, con subregiones donde las cifras han mostrado un alarmante repunte, como lo ilustra la siguiente tabla:
Esa misma reducción general de homicidios en el Nordeste de Antioquia entre 2022 y 2023, del 36,2 %, abrió una ventana de esperanza para la población civil.
Municipios como Cisneros mostraron una disminución significativa, pasando de 8 a 5 homicidios, lo que representa una reducción del 37,5 %. Remedios presentó una de las mayores reducciones porcentuales, pasando de 75 a 25 casos (-66,7 %). Otros municipios también experimentaron descensos notables: San Roque pasó de 15 a 9 homicidios (-40 %), Santo Domingo de 12 a 3 (-75 %), Segovia de 52 a 40 (-23,1 %) y Vegachí registró una caída de 22 a 5 casos (-77,3 %).
Sin embargo, no todas las localidades compartieron esta tendencia. Amalfi presentó un leve aumento en los homicidios, pasando de 13 a 14 casos, lo que representa un incremento del 7,7 %.
Panorama actual de muertes violentas en el Nordeste de Antioquia (1 de enero al 19 de diciembre de 2023 y 2024):
En 2023 se registraron 152 homicidios en el Nordeste de Antioquia, mientras que en 2024 la cifra aumentó a 192 casos, lo que representa un incremento del 26,3 %. Esta tendencia al alza en la violencia refleja una problemática creciente en la región, aunque su impacto no es uniforme en todos los municipios.
Análisis de la violencia y contexto del Nordeste de Antioquia: tendencias y recomendaciones
Incrementos y disminuciones de homicidios
El municipio de Amalfi presenta el mayor aumento porcentual de homicidios en el Nordeste de Antioquia, registrando un incremento del 169,2 %, al pasar de 13 casos en 2023 a 35 en 2024. Este dato refleja un deterioro significativo en la seguridad local. Por otro lado, Anorí mantuvo sus cifras estables con 31 casos en ambos años.
Algunos municipios mostraron reducciones:
- Cisneros: de 5 casos en 2023 a 4 en 2024 (-20 %).
- San Roque: de 8 a 5 casos (-37,5 %).
- Yalí: de 8 a 6 casos (-25 %).
- Yolombó: de 15 a 8 casos (-46,7 %).
Otros municipios reportaron incrementos preocupantes:
- Remedios: de 25 a 46 casos (+84 %).
- Santo Domingo: de 3 a 4 casos (+33,3 %).
- Segovia: de 39 a 44 casos (+12,8 %).
- Vegachí: de 5 a 9 casos (+80 %).
A pesar de las reducciones en algunos municipios, el aumento general del 26,3 % en homicidios en el Nordeste subraya la necesidad de esfuerzos más robustos para abordar las dinámicas de violencia en la región. Los municipios con mayores incrementos (Amalfi, Remedios y Vegachí) evidencian problemáticas específicas que requieren atención urgente.
Contexto y dinámicas de violencia
La violencia en el Nordeste de Antioquia está profundamente arraigada en la relación de los actores armados ilegales con el territorio. Según la Alerta Temprana de Inminencia N°023-2022 de la Defensoría del Pueblo, municipios como Amalfi, Anorí, Remedios, Segovia y Vegachí enfrentan una situación crítica debido a la presencia de grupos armados y conflictos relacionados con minería ilegal y narcotráfico.
Los actores armados presentes incluyen:
- Ejército de Liberación Nacional (ELN): Históricamente presente, busca expandir su control en áreas de cultivos ilícitos y ejerce normas de control social.
- Disidencias de las FARC-EP: Frentes 36 y 4º buscan recuperar territorios perdidos, estableciendo alianzas con el ELN.
- Ejército Gaitanista de Colombia (EGC): Intensifica su actividad, expandiéndose de zonas urbanas hacia rurales.
El control de recursos como el oro, concentrado en municipios como Remedios y Segovia, se convierte en un motor económico para estos grupos, financiando sus operaciones a través de extorsión y cobros forzosos. Las rutas de movilidad, incluyendo vías secundarias y terciarias, facilitan el tráfico de drogas, armas y personal.
Impactos sociales y humanitarios:
- Homicidios selectivos: Especialmente entre jóvenes y líderes comunitarios.
- Desplazamientos forzados: Generados por enfrentamientos y amenazas.
- Reclutamiento forzado: Niños, niñas y adolescentes son integrados en las estructuras armadas, perpetuando el ciclo de violencia.
Recomendaciones para abordar la violencia y construir paz
- Exclusión de la violencia contra civiles: Los acuerdos de paz deben incluir cláusulas específicas que penalicen acciones como homicidios, extorsión y reclutamiento forzado.
- Creación de zonas humanitarias: Espacios libres de influencia armada para garantizar seguridad a la población civil.
- Participación comunitaria: Incluir representantes locales en las mesas de negociación para reflejar las necesidades reales de las comunidades.
- Inversión en desarrollo: Promover programas educativos, de salud y empleo legal en las zonas más afectadas.
- Fortalecimiento del Estado: Incrementar la presencia efectiva en seguridad, justicia e infraestructura pública para contrarrestar la influencia de los grupos armados.
- Reincorporación de excombatientes: Implementar programas sostenibles y supervisados para facilitar su reintegración a la vida civil.
Conclusión
El Nordeste de Antioquia enfrenta una complejidad de dinámicas violentas que demandan respuestas integrales y sostenibles. Desde Análisis Urbano y Corpades, continuaremos monitoreando estas problemáticas para evaluar avances hacia una paz duradera, priorizando siempre los derechos y necesidades de las comunidades afectadas.
A.U.