Edimburgo (R.Unido), 1 sep- El líder del Partido Nacional Escocés (SNP) y ministro principal de la región, John Swinney, ha reafirmado la urgencia y la necesidad de la independencia de Escocia en la clausura del congreso anual de su formación en Edimburgo.
En su esperado discurso, Swinney subrayó que la independencia no es solo una aspiración política, sino un imperativo para asegurar un futuro más próspero y equitativo para todos los escoceses.
Durante su intervención, Swinney destacó que la independencia debe ser entendida como «urgente y esencial» para el desarrollo de la nación. «No (debemos considerarla) como algo agradable, sino como algo urgente y esencial, aquí y ahora», subrayo Swinney defendiendo que solo a través de la independencia Escocia podrá construir un país más fuerte, justo y sostenible en el tiempo.
El líder del SNP criticó duramente a los partidos laboristas y conservadores acusándolos de destruir la base sobre la que se fundó el Reino Unido: una asociación igualitaria de naciones.
“Les diré cómo es una verdadera asociación igualitaria: Una Escocia independiente que trabaje en armonía con nuestros amigos más cercanos en el resto del Reino Unido, y que regrese a donde pertenecemos: (…) al corazón mismo de Europa como país independiente”, dijo Swinney.
Además, destacó que solo con la independencia Escocia podrá forjar un futuro más esperanzador y optimista, un futuro donde la nación pueda decidir su propio rumbo sin interferencias externas, ya que a su juicio, es la única vía para que Escocia pueda alcanzar su máximo potencial y asegurar un futuro mejor para las generaciones venideras.
El ministro principal escocés también aprovechó la ocasión para abordar la crítica situación en Oriente Medio, instando a un alto el fuego inmediato en Gaza y exigiendo el fin de la exportación de armas del Reino Unido a Israel.
Swinney admite el revés electoral del SNP
Swinney reconoció que la reciente pérdida de la hegemonía en Escocia y la pérdida de 38 escaños en las elecciones generales del pasado 4 de julio -que dejó al partido con solo nueve representantes en Westminster de los 57 correspondientes a Escocia- fue “increíblemente duro para el SNP” y enfatizó su compromiso de aprender de los errores y reconstruir la confianza del electorado.
“Quiero que nuestro partido mire hacia fuera», dijo Swinney, explicando que su liderazgo se enfocará en ganarse el derecho a ser escuchado cumpliendo con las prioridades de los escoceses, que incluye una gestión responsable de la economía, mejoras significativas en la seguridad social escocesa y un enfoque renovado en la educación.
También acusó al Partido Laborista de Keir Starmer de perpetuar las políticas de austeridad y de privatización del NHS (sanidad británica) y subrayó que, bajo su liderazgo, el SNP seguirá siendo el único partido capaz de ofrecer un futuro mejor para Escocia, comprometido con la justicia social y la equidad económica.
Su discurso ya ha recibido respuestas por parte de la oposición, como la de la número dos de los laboristas escoceses, Jackie Baillie, que acusó al SNP de «seguir eludiendo la responsabilidad» por su historial en el gobierno, diciendo que «era un discurso copiado de un primer ministro sin ideas y más centrado en mantener unido a su partido dividido que en afrontar los desafíos que afrontan los escoceses».
Swinney instó a sus compañeros de la formación a no rendirse y a seguir luchando por una Escocia mejor y más justa, donde la independencia no sea solo un sueño, sino una realidad
Susana Blaya
EFE