Budapest, 3 de mayo de 2022.- La ambivalente actitud de Hungría frente a la invasión rusa de Ucrania, con su rechazo a dar armas a Kiev y a imponer un embargo petrolero a Moscú, aislada cada vez más al país centroeuropeo en el seno de la Unión Europea (UE).
Mientras que los Veintisiete buscan adoptar un sexto paquete de sanciones al Kremlin que incluya un corte a las importaciones del crudo ruso, el ministro magiar de Exteriores, Péter Szijjártó, reiteró este martes que su país no votará a favor de esa propuesta.
El primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, que acaba de inaugurar su cuarto mandato consecutivo tras verse fortalecido en las recientes elecciones legislativas, es considerado el líder europeo más cercano al jefe del Kremlin, Vladímir Putin.
Sus negativas a prescindir del petróleo ruso y a enviar ayuda militar a Ucrania, si bien son argumentadas por intereses internos -la alta dependencia energética húngara de los suministros rusos en el primer caso, y el temor a involucrarse en la guerra, en el segundo- parecen fortalecer esa imagen prorrusa.
No obstante, en las sanciones adoptadas hasta ahora, Hungría se ha alineado con los demás socios comunitarios.
Es sobre todo el rechazo a enviar armas a Ucrania, e incluso a permitir el paso de ayuda militar por su territorio, lo que ha alejado al país de sus aliados del grupo de Visegrádo (V4), que son Polonia, Eslovaquia y la República Checa.
UN DISCURSO AMBIVALENTE
Hungría, que fue uno de los últimos miembros de la UE en condenar la invasión rusa de Ucrania, mantiene «un discurso muy ambivalente» respecto al conflicto, señala a Efe Patrik Szicherle, analista del Instituto Political Capital.
«A pesar de que el Gobierno ha condenado la agresión rusa, pocas veces aparece en su discurso que Rusia debería respetar la integridad territorial de Ucrania», explica el experto.
Mientras que la gran mayoría de los Veintisiete condenan «día a día» la agresión rusa, el Gobierno de Orbán se limita a reiterar que se mantiene al margen de la guerra y no enviará armas a Ucrania.
«Es un fuerte punto de choque dentro del V4, porque los demás países mandan armas a Ucrania», subraya Szicherle, recordando al mismo tiempo que Hungría sí ha aprobado las ayudas financieras comunitarias para financiar la entrega de armamento al país vecino.
DEPENDENCIA ENERGÉTICA DE RUSIA
Hungría importa de Rusia el 85 % del gas y el 60 % del petróleo que consume. Según Szijjártó, «actualmente es físicamente imposible hacer funcionar la economía húngara sin el petróleo ruso», razón por la que su país no apoya un bloqueo de esos suministros.
El Gobierno de Orbán argumenta que considera «inaceptable que los ciudadanos paguen el precio de la guerra».
No obstante, según especula la prensa magiar, Budapest podría aceptar finalmente el embargo se incluye una excepción al país con plazos más prolongados para cumplir el corte de las importaciones.
SINTONÍA CON MOSCÚ
Desde que llegó al poder en 2010, Orbán ha ido fortaleciendo las relaciones con Pekín y Moscú. Incluso ha llegado a poner al régimen del presidente ruso, Vladímir Putin, como un modelo ejemplar a seguir, de lo que llama una «democracia iliberal».
Esa línea política lo había acercado a Polonia y su gobernante partido Ley y Justicia (PiS), ya que enfrenta a ambos Gobiernos a Bruselas por considerar que socavan los estándares democráticos y del Estado de Derecho.
DISTANCIAMIENTO DE POLONIA
Pero todo cambió con la invasión rusa de Ucrania: Varsovia se ha posicionado claramente contra el Kremlin y el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, declaró «no estar satisfecho» con las posturas de Orbán, alertando de que peligra la amistad entre ambos Gobiernos.
Hungría y Polonia se habían prometido que vetarían mutuamente la aplicación del artículo 7, un procedimiento que Bruselas ha iniciado contra ambos países en 2020, pero que requiere el voto unánime de los países comunitarios.
A finales de abril la Comisión Europea (CE) activó el procedimiento contra Hungría para eventualmente suspenderle fondos comunitarios si no avanza en diversas reformas, sobre todo en la lucha contra la corrupción.
Según analistas locales se espera que Polonia, por su destacado papel que desempeña en la crisis de Ucrania, por el momento no tendrá que enfrentar nuevos procedimientos comunitarios, lo que aisla aún más al Gobierno de Orbán.
Aunque el primer ministro húngaro está internamente más fortalecido que nunca, en la UE está cada vez más solo.
Después de que su partido, el Fidesz, abandonara en 2020 las filas del Partido Popular Europeo (PPE), ha intentado aliarse con fuerzas de extrema derecha como la Liga italiana, el PiS o el español Vox, con escasos resultados hasta ahora.
Marcelo Nagy
EFE