Familiares y allegados de los once ucranianos que estaban a bordo del vuelo PS 752 de Ukraine International Airlines (UIA) derribado en Irán el pasado 8 enero recordaron hoy a las víctimas durante la inauguración de una plazoleta conmemorativa junto al aeropuerto internacional Boríspol, de Kiev.
Al acto, durante el cual se desveló una gran piedra en la que una placa con el número del fatídico vuelo y la fecha del derribo recuerdan a la tragedia, acudieron unas doscientas personas.
Los familiares colocaron entre muestras de dolor rosas rojas y amarillas, fotos de sus seres queridos fallecidos y velas frente a la pieza de granito, que sirve de monumento temporal, ya que más adelante se levantará otro fijo.
Las autoridades ucranianas convocaron la semana pasada un concurso para elegir el monumento definitivo y que será elegido por los familiares de los pasajeros fallecidos.
Al homenaje acudieron el ministro de Exteriores de Ucrania, Vadim Pristaiko, y el embajador de Irán en Kiev, Manouchehr Moradi, quienes se unieron al pesar común.
Debajo de la piedra, de unos dos metros de altura, se colocó una cápsula con restos del avión destruido.
El acto se ha celebrado al haber pasado 40 días desde el siniestro. Para los ortodoxos eslavos esta fecha tiene un significado especial y marca el final de los velatorios, ya que es el momento en que el alma abandona definitivamente la Tierra y se va al más allá.
El vuelo 752 de UIA fue derribado por las fuerzas armadas iraníes poco después de que el Boeing 737 con 176 ocupantes despegase del aeropuerto de Teherán con destino a Kiev.
El derribo, que Irán ha calificado de accidental, se produjo poco después de que las fuerzas armadas iraníes lanzasen decenas de misiles contra dos bases en Irak utilizadas por Estados Unidos en represalia por el asesinato en Bagdad del general iraní Qasem Soleimaní.
De los 176 ocupantes, 82 eran iraníes, 63 canadienses, once ucranianos (dos pasajeros y nueve tripulantes), diez suecos, cuatro afganos, tres alemanes y tres británicos.
EFE