Río de Janeiro, 1 feb – La Amazonía brasileña registró 2.049 incendios forestales en enero, prácticamente el doble que los medidos en el mismo período del año pasado (1.059) y el mayor número para un mes de enero en los últimos ocho años, informó este jueves el Gobierno.
El número de focos de calor medidos en enero por los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués) no era elevado para este mes desde el récord de 4.657 registrado en el primer mes del año de 2016, según los datos divulgados por el organismo vinculado al Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Pese a que saltó un 94 % en la comparación con enero del año pasado, el número de incendios el primer mes de este año se redujo en un 56,4 % frente al de diciembre de 2023 (4.701) y fue el menor para un mes desde mayo pasado (1.692).
Los focos de calor vienen cayendo progresivamente en los últimos meses, desde 26.452 en septiembre, cuando alcanzaron el mayor nivel del año, hasta 22.061 en octubre, 13.943 en noviembre, 4.701 en diciembre y 2.049 en enero.
El elevado número de focos de calor en un mes en que los incendios acostumbran ser reducidos es atribuido a la histórica sequía que la Amazonía enfrenta desde septiembre pasado y que es atribuida a los efectos del fenómeno de El Niño.
Según los meteorólogos, esos efectos, principalmente la reducción del número de lluvias en la región, tan sólo comenzarán a desaparecer entre febrero y marzo.
Pese a la sequía, que redujo el nivel de los ríos amazónicos a mínimos históricos, el número de incendios en la Amazonía brasileña se redujo un 10,8 % en 2023, hasta 98.646.
La reducción de los focos de calor el año pasado en condiciones adversas es atribuida a los esfuerzos del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para detener la devastación del bioma.
Desde que asumió su tercer mandato, el 1 de enero de 2023, Lula elevó los recursos y la fiscalización en la región amazónica con el objetivo de alcanzar la meta con la se comprometió, de acabar con la deforestación ilegal hasta 2030.
Según datos del INPE, sus medidas permitieron que la deforestación de la mayor selva tropical del mundo cayera un 51,5 % en los once primeros meses de 2023 frente al mismo período de 2022, cuando, durante la gestión del líder ultraderechista Jair Bolsonaro, la destrucción del bioma fue récord.
EFE