La Paz, 11 de septiembre de 2021 – Los incendios forestales persisten en cinco municipios de la región boliviana de Santa Cruz, la más poblada y el motor económico del país, donde hasta el momento el fuego ha arrasado con más de 1,2 millones de hectáreas, según las autoridades locales.
Once incendios forestales se mantienen activos en esa región oriental afectando a los municipios de San Matías, San Ignacio, San Rafael, Concepción y San José de Chiquitos, informó este sábado la secretaria de Desarrollo Sostenible de la Gobernación cruceña, Alejandra Sandoval.
«Hasta la fecha tenemos una afectación de 1.212.778 hectáreas, realmente nos preocupa», manifestó Sandoval en una comparecencia ante los medios.
Según la funcionaria, el 66 % del departamento presenta «un riesgo alto» de ocurrencia de incendios forestales y un 7 % está con «riesgo muy alto».
Nueve brigadas de la Gobernación están desplazadas en la región para atender las emergencias por los incendios, indicó Sandoval.
El fuego se encuentra también en las áreas protegidas de Anmi San Matías, el parque Noel Kempff Mercado y el Parque Otuquis, según el reporte de la Gobernación.
El mismo informe señala que los focos de quema activos se concentran mayormente sobre tierras de «uso forestal, áreas naturales protegidas y agropecuario extensivo».
La cantidad acumulada de focos de quema en Santa Cruz en lo que va de septiembre es de 2.722 y desde enero suma 23.791.
Sandoval mencionó que en la víspera se registró un incendio en el área protegida Serranía Sararenda, en el sur del departamento, que se pudo mitigar con ayuda de militares, técnicos locales y bomberos voluntarios de la zona.
El bosque seco chiquitano es una de las regiones más sensibles del país donde anualmente se producen estos sucesos con sensibles efectos sobre la biodiversidad en la región.
La Gobernación cruceña ha pedido apoyo a la población para que denuncie a la gente que continúa provocando fuego en sus propiedades pese a que hay una pausa en las autorizaciones para las llamadas quemas controladas.
Esas quemas, también conocidas como «chaqueos», se realizan para preparar los terrenos para el nuevo ciclo agrícola bajo una actividad controlada, según las normas bolivianas.
En 2019 el fuego arrasó cerca de cinco millones de hectáreas en el país, lo que se consideró como uno de los más graves desastres ecológicos en la última década, pues afectó además a parques naturales de alto valor medioambiental.
EFE