Amatenango de la Frontera (México), 15 de agosto de 2024.- Más de 200 indígenas, víctimas de desplazamiento forzado por la violencia y la inseguridad provocadas por la disputa de cárteles en la frontera de México con Guatemala, demandaron este jueves ayuda al presidente, Andrés Manuel López Obrador, y a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
El propósito de esta petición es recuperar sus bienes, casas, tierras y la paz de sus comunidades que, dijeron, se perdió desde 2021.
Artemio, quien se reservó su apellido por seguridad y es un indígena desplazado de la etnia mam, relató a EFE las amenazas e intimidación que han sufrido por parte de los grupos armados, así como la preocupación que lo embarga ante la violencia y el despojo de sus pertenencias y pérdidas de cosechas.
“Venimos a buscar (ayuda), vimos que vienen autoridades desde Ciudad de México, por eso nos acercamos, para que nuestro Gobierno nos pueda brindar seguridad”, expresó Artemio, de 70 años.
Sumergido en la angustia, la incertidumbre y la tristeza, el hombre se preguntó: «¿Qué va a pasar con aquellos habitantes a los que les quemaron su casa, qué va a pasar si un día van a regresar, dónde van a vivir, con qué van a empezar? Es algo triste para nosotros, por eso solicitamos la verdadera ayuda».
La ayuda se soliciutó por parte de los indígenas luego de acudir a las primeras consultas de salud y programas sociales que implementó el Gobierno federal en el municipio de Amatenango de la Frontera, localidad donde el Cártel de Sinaloa y la agrupación del maíz, brazo ejecutor del Cartel Jalisco Nueva Generación se disputan el territorio.
En entrevista con medios, Omar de Lassé, titular de la Unidad de Atención a Organizaciones Sociales de la Secretaría de Gobernación (Interior), detalló que estas jornadas buscan «generar las condiciones de atención en Amatenango de la Frontera y un despliegue de funcionarios y servicios de salud para lograr el retorno de las familias que se encuentran en otros municipios».
Pero a pesar de que el Gobierno de México ha intentado propiciar las condiciones de retorno seguro, los desplazados afirman que «no hay condiciones pues los ataques eran entre ellos (criminales) y hoy ya son contra la población civil».
Vivir con miedo de un ataque
Acerca de esta dura realidad, Clara, una mujer desplazada forzada, también indígena de la etnia mam relató a medios lo difícil que es vivir con el temor y la zozobra de un posible ataque armado.
«Entró un grupo de gente criminal, ellos entraron y nosotros tuvimos que salir, ya no es habitable el lugar donde vivíamos porque saquearon casas, quemaron nuestras viviendas, ese día hubo una persona desaparecida, una mujer», dijo Clara, desplazada de la comunidad de Bejucal del Campo .
Este jueves también se desplegó un cinturón de seguridad con agentes del Ejército Mexicano y la Policía Estatal, quienes se distribuyeron en cuatro puntos distintos de la carretera Sierra Fronteriza que colinda con Guatemala para intentar inhibir más ataques.
Sobre la carretera se logró observar que el transporte público poco a poco ha retomado sus actividades en esta zona, considerada como roja por los ataques a pobladores, ejecuciones y desapariciones forzadas.
Mientras que en Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero existe un ambiente tenso, debido a lo desolado de las comuninades. En algunas casas, las ventanas se encontraban abiertas y los pocos habitantes que quedaron se asomaban con miedo o precaución ante la llegada de las fuerzas federales y las unidades médicas.
Un grupo reducido, en representación de más de 200 personas, remarcaron que no existen las condiciones para retornar a sus viviendas, ni trabajar sus tierras para sus cosechas. Otros prefirieron no hacer mención de lo ocurrido, pero celebraron la llegada de las autoridades federales.
Los desplazados señalaron que como estrategia han implementado salidas intermitentes de sus viviendas como medida de seguridad.
El miércoles, en la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador, la titular de la Secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde, informó que unas 200 personas, la mayoría de ellas de Amatenango de la Frontera, «cruzaron la frontera y están siendo atendidas en Guatemala».
Añadió que acordaron con los pobladores que este jueves se instalarían caravanas de salud y módulos de Bienestar «porque vamos a hacer una atención integral, por supuesto con el acompañamiento de la Guardia Nacional y del Ejército mexicano para garantizar condiciones de tranquilidad, de paz, de bienestar, y que pueda haber un retorno seguro».
EFE