Al menos un millar de personas se sumaron este domingo en Bogotá al «Cacerolazo Latinoamericano» por los derechos humanos, protesta que estuvo liderada por al menos 150 guardias indígenas que llegaron la semana pasada para sumarse a las manifestaciones contra el Gobierno del presidente Iván Duque.
El punto de encuentro fue el Park Way, avenida ubicada en el barrio La Soledad, adonde los indígenas llegaron con banderas rojas y verdes del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), mientras que quienes los acompañaban llevaban cucharas y ollas para participar en el cacerolazo.
«La comunidad bogotana se ha manifestado con un gesto de solidaridad muy amplio, les agradecemos por esa acogida que han tenido con la Guardia», afirmó a Efe un coordinador de esa organización.
REPRESENTACIÓN INDÍGENA
La mayoría de los indígenas llegó del departamento del Cauca (suroeste), que vive una ola de violencia contra sus comunidades que se cobró la vida de siete de ellos y de otras seis personas en las últimas semanas, crímenes atribuidos por el Ministerio de Defensa a disidentes de las FARC.
El CRIC representa a los indígenas de las comunidades Nasa, Guambiano, Totoroez, Polindara, Kokonuko, Kisgo, Yanacona, Inga y Eperara, que están agrupados en nueve zonas.
«Venimos a avanzar un poco sobre el acompañamiento a la movilización que se realiza en la capital de Colombia. Somos 150 guardias indígenas y en el transcurso de la semana llegarán más compañeros, llegarán más autoridades a hacer el acompañamiento», añadió el coordinador.
MÚSICA CAMPESINA
Como ocurrió en las manifestaciones de las dos últimas semanas, la cultura hizo parte de las caminatas y plantones en Bogotá, donde los protagonistas este domingo fueron los intérpretes de música tradicional andina.
En su mayoría guitarristas, vestidos de negro y con sombreros, llegaron hasta el Park Way a interpretar canciones de protesta al ritmo de carranga, un género de música folclórica surgida en el departamento de Boyacá (centro) en los años 70.
«Vamos a compartir como parte del acto cultural piezas de música colombiana tradicional, adaptadas para estos formatos de tiple, guitarra, bandola y los demás instrumentos que se van sumando», contó a Efe Álvaro López, quien llevaba colgada una guitarra y se subió a una improvisada tarima a tocar con una veintena de artistas más.
Según López, los músicos de todo el país están acompañando las protestas «que buscan transformaciones sociales muy grandes».
«RESISTENCIA, RESISTENCIA»
En el undécimo día desde que comenzaron las manifestaciones, los jóvenes volvieron a ser protagonistas y bajo el grito de «Resistencia, resistencia» se sumaron al «Cacerolazo Latinoamericano» en la Avenida Park Way.
Uno de ellos es Javier Guzmán, quien lleva en la mano una cacerola desgastada y ve con esperanza las movilizaciones para que haya «un cambio (…) que no había visto hasta ahora en este país en las calles».
Su principal consigna es por que se solucione el «problema de la educación», pues considera que «no es fácil acceder a la educación de pregrado y mucho menos a nivel de posgrado».
«Es muy costosa la educación y no obstante estamos todos haciendo un esfuerzo por seguir educándonos y contribuyendo al país, ese es el principal problema que me toca a mí como estudiante», afirmó el universitario, que realiza un pregrado en sociología.
Desde el 21 de noviembre miles de colombianos se congregan en las calles de las principales ciudades del país para manifestarse en contra de las políticas económicas y sociales del presidente Duque, si bien con el pasar de los días otras motivaciones se han sumado y las concentraciones han perdido fuerza.
EFE