Bogotá, 27 feb – El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU reveló este martes que los índices de seguridad alimentaria en Colombia mejoraron de un 30 % a un 25 % en 2023, pero la institución alerta de que no hay equidad en el país y más de la mitad de la población aún no tiene un acceso idóneo a la alimentación.
«Hay hogares que se pueden gastar de media per cápita 1 millón de pesos (unos 254 dólares) mensuales, mientras que hay otros que no se pueden permitir gastar más de 180.000 pesos (45 dólares) por mes», explicó en la presentación del informe en Bogotá la directora adjunta del PMA para Colombia, Rossella Bottone.
Bottone añadió que las familias que viven en inseguridad alimentaria, el 25 % de los hogares (13 millones de personas), «solo gastan en necesidades básicas, compran comida de peor calidad -con azúcares y grasas- que es más barata».
Son familias con dietas bajas en proteínas como las de la desértica zona de La Guajira, en el norte del país, donde más de la mitad de la población vive en inseguridad alimentaria severa «y no consumen frutas ni vegetales».
El presidente colombiano, Gustavo Petro, celebró por su parte la reducción de 2,5 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria de 2022 a 2023, apuntando en su cuenta de X: «Hemos avanzado en la lucha contra el hambre».
La encuesta de la agencia de la ONU fue desarrollada de manera presencial a 7.000 hogares, donde entrevistaron a uno de los adultos del hogar con preguntas sobre la diversidad de la dieta, los gastos e ingresos para medir vulnerabilidad económica; y sobre las estrategias que siguen para enfrentar situaciones difíciles.
Del reporte se extrae que el 4 % de los hogares, es decir, unos dos millones de personas, dijeron que solo consumieron una comida al día en la semana previa a la encuesta.
La inflación de los alimentos
Una de las mayores preocupaciones de los hogares colombianos es la subida de precios de los alimentos, como aclaró la directora adjunta: «La gente vive con su mismo nivel de ingresos, cobran lo mismo, les toca ser estratégicos en la compra de alimentos».
El 44 % de las familias entrevistadas «dice que con el ingreso sobreviven, pero no viven (…) no alcanzan a comprar los alimentos que necesitan porque los precios no dejan de subir y ellos tienen un salario fijo», completó Bottone.
A pesar de la leve mejora global, más de 11 millones de personas siguen en seguridad alimentaria moderada, por lo que todavía más de la mitad de hogares están en «seguridad marginal», en una situación «muy frágil que ante cualquier choque climático puede caer en la inseguridad», dijo.
El director para Colombia del PMA, Carlo Scaramella, destacó que son necesarias «intervenciones integrales y especializadas» por parte del Gobierno para establecer una visión estratégica a corto, mediano y largo plazo y tratar de controlar la situación.
«Hay que entender que la inseguridad alimentaria es el resultado de factores estructurales profundos», como los efectos del Fenómeno de El Niño o la desaceleración económica en la que está actualmente el país, añadió Scaramella.
Desnutrición crónica
Durante la presentación del informe, representantes del PMA explicaron que algo que debe inquietar a las instituciones debe ser la desnutrición crónica que acecha al país, sobre todo por las madres gestantes y los niños menores de dos años.
El 36 % de las gestantes se encuentran en inseguridad alimentaria donde solo se alimentan de cereales, grasas y azúcares, «esos niños van a nacer desnutridos, y el 44 % de ellos no reciben lactancia materna, porque las madres no tienen tiempo y tienen que ir a trabajar», evidenció la directora adjunta.
Casi el 70 % de los menores de 2 años se alimenta de productos con mucha grasa y azúcar, por lo que el organismo de la ONU alerta de que en unos años no sólo habrá que preocuparse de la desnutrición crónica, sino también de la obesidad.
EFE