Institucionalidad bombera: sólo apagan incendios

FECHA:

las tonterías

Fernando Quijano

presidenciacorpades@gmail.com

Desde hace décadas en la ciudad de Medellín, la ciudadanía que habita esta ciudad asiste como simple espectadora frente al devenir político. La ciudadanía ha visto cómo de a poco se le relega y su capacidad de análisis y crítica se diluye en una ciudad de violencia y de políticos hostiles e insensibles frente los problemas sociales, que violentan a la ciudadanía cada vez que ésta denuncia los distintos atropellos a los que se conmina en esta ciudad. La ciudadanía ve cómo pasa cada administración y, con esta, la insensibilidad y el despotismo.

Estas administraciones ejecutan el llamado programa de gobierno, que no es otra cosa que “gobernar para los intereses particulares en detrimento del interés público”. Nuevamente la ciudadanía es un artilugio de uso políticamente pragmático para el poder y solo se recurre a ella para legitimar decisiones tomadas y darle un aire democratizador a dichas instituciones. En realidad todo sucede en el piso 12 de La Alpujarra de espaldas al pueblo.

En temas como la seguridad y la convivencia, las administraciones municipales han hecho gala de improvisación y desdén administrativo. La dilapidación y mal manejo de los recursos públicos ha llevado a la pérdida de vidas humanas, ha posibilitado el empoderamiento de las estructuras históricas del crimen organizado y el control por parte de éstas de más de 350 bandas y combos de la ciudad, con sus territorios y ciudadanos.

Hacen parte de las estrategias administrativas para atacar el crimen los shows mediáticos promovidos por la Policía del valle de Aburrá como medio de aumentar popularidad política, más que como medio de desmantelar el crimen y promover la paz. Dicha estrategia consta de atrapar mando bajos y medios o algún criminal reconocido para pasarlo por la televisión y mostrar la aparente guerra contra el crimen, nada más.

No hay una política pública que ataque el crimen, que lo desmantele. Todo hace parte de una estrategia ya institucionalizada de mostrar verdades a medias, no de una política pública de seguridad y convivencia enmarcadas en una estrategia integral de seguridad.

Los ejemplos están a la vista y muestran lo nefasto de su aplicación. Por ejemplo, la Comuna 13 ha vivido todo tipo de intervenciones: militares, económicas, políticas, sociales y en ningún momento ha cambiado la situación de violencia y criminalidad que la afectan.

La llamada intervención integral en la Comuna 8, donde se militarizó la zona y se llevaron programas de la alcaldía como las “Jornadas de Vida”, pretendió desactivar un conflicto que a la fecha sigue más vivo que antes, nada nuevo, “acciones cívico militares” que ya se aplicaron en décadas anteriores.

El desmantelamiento de las llamadas “ollas de vicio” que obedeció más a la necesidad del gobierno nacional en cabeza del presidente Juan Manuel Santos, de mostrar la efectividad de la política de la Seguridad Urbana, en la práctica no cambió en nada el mapa del microtráfico urbano de Medellín, ya que más de mil plazas de vicio y la mega plaza del barrio Antioquia siguen existiendo sin ningún contratiempo.

En últimas, “la estación de bomberos Alpujarra”, trabaja a toda marcha, apagando incendios cada vez que estos se activan, lamentablemente los apaga mal y éstos terminan volviendo a reactivarse.

Mientras la institucionalidad base la “estrategia” de seguridad y convivencia en capturas, decomisos y mejoramiento de la percepción de la seguridad, fundamentados en datos falaces, todo seguirá igual y no dejaremos de asistir a  acciones pueriles, superfluas, realizadas supuestamente por personas ingenuas (o demasiado maquiavélicas)  que poco o nada saben de la ciudad y que les importa un carajo la misma.


[1] Pido disculpas a los Bomberos de la ciudad, hombres y mujeres responsables y honestos que luchan por la vida y seguridad nuestra, no merecen ser comparados con los políticos de Medellín, pero no encontré un mejor ejemplo para este artículo, mis disculpas y respetos para con ustedes.

– See more at: http://delwpbe.udea.edu.co/2013/06/11/institucionalidad-bombera-solo-apagan-incendios/#sthash.SHseYAup.dpuf

Fernando Quijano
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Desde hace décadas en la ciudad de Medellín, la ciudadanía que habita esta ciudad asiste como simple espectadora frente al devenir político. La ciudadanía ha visto cómo de a poco se le relega y su capacidad de análisis y crítica se diluye en una ciudad de violencia y de políticos hostiles e insensibles frente los problemas sociales, que violentan a la ciudadanía cada vez que ésta denuncia los distintos atropellos a los que se conmina en esta ciudad. La ciudadanía ve cómo pasa cada administración y, con esta, la insensibilidad y el despotismo.

Estas administraciones ejecutan el llamado programa de gobierno, que no es otra cosa que “gobernar para los intereses particulares en detrimento del interés público”. Nuevamente la ciudadanía es un artilugio de uso políticamente pragmático para el poder y solo se recurre a ella para legitimar decisiones tomadas y darle un aire democratizador a dichas instituciones. En realidad todo sucede en el piso 12 de La Alpujarra de espaldas al pueblo.

En temas como la seguridad y la convivencia, las administraciones municipales han hecho gala de improvisación y desdén administrativo. La dilapidación y mal manejo de los recursos públicos ha llevado a la pérdida de vidas humanas, ha posibilitado el empoderamiento de las estructuras históricas del crimen organizado y el control por parte de éstas de más de 350 bandas y combos de la ciudad, con sus territorios y ciudadanos.

Hacen parte de las estrategias administrativas para atacar el crimen los shows mediáticos promovidos por la Policía del valle de Aburrá como medio de aumentar popularidad política, más que como medio de desmantelar el crimen y promover la paz. Dicha estrategia consta de atrapar mando bajos y medios o algún criminal reconocido para pasarlo por la televisión y mostrar la aparente guerra contra el crimen, nada más.

No hay una política pública que ataque el crimen, que lo desmantele. Todo hace parte de una estrategia ya institucionalizada de mostrar verdades a medias, no de una política pública de seguridad y convivencia enmarcadas en una estrategia integral de seguridad.

Los ejemplos están a la vista y muestran lo nefasto de su aplicación. Por ejemplo, la Comuna 13 ha vivido todo tipo de intervenciones: militares, económicas, políticas, sociales y en ningún momento ha cambiado la situación de violencia y criminalidad que la afectan.

La llamada intervención integral en la Comuna 8, donde se militarizó la zona y se llevaron programas de la alcaldía como las “Jornadas de Vida”, pretendió desactivar un conflicto que a la fecha sigue más vivo que antes, nada nuevo, “acciones cívico militares” que ya se aplicaron en décadas anteriores.

El desmantelamiento de las llamadas “ollas de vicio” que obedeció más a la necesidad del gobierno nacional en cabeza del presidente Juan Manuel Santos, de mostrar la efectividad de la política de la Seguridad Urbana, en la práctica no cambió en nada el mapa del microtráfico urbano de Medellín, ya que más de mil plazas de vicio y la mega plaza del barrio Antioquia siguen existiendo sin ningún contratiempo.

En últimas, “la estación de bomberos Alpujarra”, trabaja a toda marcha, apagando incendios cada vez que estos se activan, lamentablemente los apaga mal y éstos terminan volviendo a reactivarse.

Mientras la institucionalidad base la “estrategia” de seguridad y convivencia en capturas, decomisos y mejoramiento de la percepción de la seguridad, fundamentados en datos falaces, todo seguirá igual y no dejaremos de asistir a  acciones pueriles, superfluas, realizadas supuestamente por personas ingenuas (o demasiado maquiavélicas)  que poco o nada saben de la ciudad y que les importa un carajo la misma. (Publicado en el periódico la Urbe, martes 11 de junio de 2013- hora: 1:25 pm).

Martes 11 de junio de 2013 – 01:25 pm
Martes 11 de junio de 2013 – 01:25 pm



[1] Pido disculpas a los Bomberos de la ciudad, hombres y mujeres responsables y honestos que luchan por la vida y seguridad nuestra, no merecen ser comparados con los políticos de Medellín, pero no encontré un mejor ejemplo para este artículo, mis disculpas y respetos para con ustedes.

– See more at: http://delwpbe.udea.edu.co/2013/06/11/institucionalidad-bombera-solo-apagan-incendios/#sthash.SHseYAup.dpuf

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