Barcelona, 15 enero de 2025.- Un equipo internacional de científicos ha identificado cinco fósiles de leopardos de las nieves, un descubrimiento que revela cómo esta especie conquistó Asia y Europa en las últimas edades de hielo y que desafía las suposiciones tradicionales sobre sus preferencias de hábitat.
La investigación, publicada en la revista ‘Science Advances’, ha permitido trazar la historia evolutiva de esta especie durante el Cuaternario y proponer cómo se dispersó desde la meseta tibetana hasta la península ibérica, muy lejos de las altas y gélidas montañas del Himalaya.
El estudio sugiere que los leopardos de las nieves prefieren los terrenos rocosos y los climas fríos en lugar de las grandes altitudes, unos datos que pueden contribuir a garantizar la protección de este gran felino.
La iniciativa ha sido liderada por los investigadores Qigao Jiangzuo, de la Universidad de Pekín (China), y Joan Madurell, de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Los leopardos de las nieves (Panthera uncia), unos félidos de tamaño medio o grande que viven en gran altura, a más de 2.000 metros, principalmente en el Himalaya, están en grave peligro de extinción, ya que solo quedan unos 4.000 ejemplares.
Hasta ahora, se habían localizado posibles restos no contrastados en el norte de China y en Europa, pero su validación y posición filogenética eran inciertas.
Fósiles de hace un millón de años
Los investigadores del nuevo estudio han revisado una buena parte de los restos asignados al leopardo común (Panthera pardus) que se conocen en Europa y Asia y han identificado por primera vez cinco fósiles de leopardo de las nieves.
Los registros, de China, Francia y Portugal, datan de hace un millón de años y destacan los rasgos que diferencian al leopardo de las nieves de su pariente más común, el leopardo.
Así, mientras que los leopardos comunes están adaptados para cazar presas rápidas y ágiles en hábitats parcialmente boscosos, los leopardos de las nieves han desarrollado rasgos distintivos que les permiten dominar los escarpados paisajes montañosos.
Estas adaptaciones incluyen dientes más grandes, cráneos abovedados y mandíbulas y patas más fuertes, ideales para cazar presas robustas y musculosas, como las cabras montesas.
Sin embargo, su supervivencia en terrenos rocosos y desolados también dependió de otras adaptaciones clave, como una visión binocular mejorada, una estructura craneal timpánica grande para una mejor audición, extremidades capaces de soportar el impacto de saltos pronunciados y una larga cola para equilibrarse.
Estas adaptaciones clave coincidieron con las fases más frías de las últimas edades de hielo, en las que los leopardos de las nieves se expandieron más allá del Himalaya hacia el centro de China y, sorprendentemente, destaca el equipo de investigación, se dispersaron hacia el oeste hasta la península ibérica.
Hallazgo en Portugal
En Portugal, aficionados a la espeleología descubrieron en 2000 en Porto de Mós un fósil notable: un esqueleto parcial de leopardo que incluye un cráneo casi perfectamente conservado, conocido como el «leopardo de Algar da Manga Larga».
Este fósil se ha revelado ahora como un miembro inesperado de la línea evolutiva del leopardo de las nieves en Europa occidental.
«Proponemos que hace unos 900.000 años la intensificación gradual de las glaciaciones en Eurasia comportó la aparición progresiva de espacios más abiertos, y esto habría posibilitado la llegada de esta especie a Portugal, donde vivió hasta hace relativamente poco, unos 40.000 años», ha afirmado Joan Madurell Malapeira, investigador del Departamento de Geología de la UAB.
El análisis concluye que la gran altitud y la nieve no habrían sido los factores limitantes para la distribución de la especie, sino la presencia de espacios abiertos y escarpados: «Esto, en un contexto de cambio climático como el actual, es esperanzador para poder garantizar su supervivencia», ha resaltado Madurell.
EFE