La Paz, 10 de abril de 2025.- Investigadores de la Universidad de Zúrich (UZH) y la boliviana Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA) avanzan un estudio para explorar la relación entre la saturación de oxígeno durante el sueño y las funciones cognitivas de adolescentes que viven a más de 3.600 metros de altitud.
El estudio, liderado por la investigadora en neurociencia Edith Schneider, de la UZH, «ha sido un análisis de la poligrafía del sueño en los adolescentes en la altura» para ver «cómo es la respiración» de un menor de edad en la altitud.
«Se mide cómo satura y cómo es la respiración, si hay episodios de apnea del sueño (…) Y la pregunta era si hay mayor afección en la altura o no, y si eso podría afectar las habilidades de aprendizaje de un adolescente», explicó Schneider a EFE.
Según la experta, se eligió el campo de la adolescencia por los cambios físicos propios de la pubertad y porque en esa etapa «se puede detectar a tiempo alguna afección respiratoria y también algún problema que podría haber con el aprendizaje».
La investigación se hizo con unos 200 adolescentes en la ciudad de La Paz, a 3.600 metros sobre el nivel del mar, y la vecina El Alto, a poco más de 4.100 metros de altitud.
En el estudio se midieron variables fisiológicas como la concentración de hemoglobina y la saturación de oxígeno en sangre y se aplicaron pruebas psicológicas como atención y concentración, tiempo de reacción, memoria y habilidades de razonamiento, entre otras.
«Nosotros vinimos con una hipótesis inicial, que se cree que a más de 4.000 metros empiezan a haber más problemas en la respiración», indicó Schneider.
La doctora explicó que se logró comprobar que «efectivamente en El Alto hay mayor desaturación, que es la falta de oxígeno en la sangre», algo que «es normal porque es más alto», pero que «también está asociado a adolescentes teniendo mayor número de eventos de apneas del sueño».
Schneider aclaró que la importancia de este estudio no es ver si hay afecciones en la gente que vive en sitios altos, sino «ver cuál es la fisiología de la gente de altura, cómo es que la gente de altura respira, cuáles son sus valores basales de respiración, cuáles son sus valores basales de oxigenación».
«Es muy importante en sentido de la medicina de altura para crear estándares normales», para tener valores y parámetros propios «y no errar introduciendo parámetros que no corresponden a la altura», indicó.
Según la experta, si bien la altura no afecta al desempeño de un adolescente acostumbrado a vivir en ella, lo que se tiene que detectar es si el menor está cayendo en el riesgo de desaturación y verificar su rendimiento en el colegio para darle una solución a un problema «que en realidad no es tan grande, pero que hay que saberlo detectar a tiempo».
Más adelante se prevé replicar el estudio en ciudades por encima de los 2.500 metros sobre el nivel del mar, como Kirguistán, y también en lugares bajos, como Santa Cruz, la mayor urbe boliviana situada a 400 metros de altitud, «para tener una comparativa y poder ver especialmente riesgos, si la proporción de riesgos es la misma».
La UZH, a través del Instituto de Fisiología Veterinaria, financió y coordinó el proyecto y se encargó de hacer las mediciones fisiológicas.
Mientras que el reclutamiento de participantes y la ejecución de la investigación en cuanto a las funciones cognitivas, habilidades de razonamiento y orientación vocacional estuvo a cargo de la UPSA, a través de su Centro de Investigación y Asesoramiento Psicológico (CIAP), con el boliviano Nicolás Arancibia como investigador principal.
Schneider consideró que la medicina de altura en Bolivia está «totalmente abandonada», «no se la ha tomado en cuenta para nada» y no ha habido esfuerzos para entender, por ejemplo, el campo de la respiración en sitios altos.
A su juicio, la medicina de altura debería ser una «prioridad nacional», teniendo en cuenta que Bolivia tiene ciudades altas con importantes densidades poblacionales, como El Alto, que tiene poco más de 885.000 habitantes.
La investigadora prevé presentar el estudio en una reunión mundial sobre medicina de altura que se realizará en Kirguistán del 24 al 26 de abril.
Gina Baldivieso
EFE