Teherán, 4 de noviembre de 2022.- Irán conmemoró este viernes el 43 aniversario de la toma de la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979, en medio de las protestas que piden el fin de la República Islámica desde hace mes y medio.
El presidente iraní Ebrahim Raisí, aprovechó la ocasión para recordar a Estados Unidos que Irán fue “liberado” hace 43 años, en una jornada coreografiada para mostrar el apoyo del pueblo al sistema y su rechazo a las protestas que sacuden el país desde el 16 de septiembre.
«Irán fue liberado hace 43 años» dijo Raisí en el 43 aniversario de la toma de la embajada de EE.UU. en Teherán en 1979, un acto que cimentó las malas relaciones entre los dos países.
El mandatario iraní respondía así al presidente estadounidense, Joe Biden, quien unas horas antes había afirmado que liberaría Irán.
Raisí dijo que esa afirmación de Biden se debió a las «distracciones» que sufre el estadounidense.
MUERTE A ESTADIOS UNIDOS
Miles de personas escuchaban a Raisí frente la antigua embajada estadounidense en Teherán, rebautizada como el «Nido de Espías”, donde gritaban los habituales «Muerte a Estados Unidos» y «Muerte a Israel”.
Muchos portaban carteles con la imagen del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, o del fundador de la República Islámica ayatolá Ruholá Jomeiní, y casi todos banderas iraníes que ondeaban sin parar.
Raisí participaba por primera vez en el aniversario del asalto de la embajada de EEUU el 4 de noviembre de 1979 por estudiantes islámicos y aprovechó la ocasión para afirmar de nuevo que los «disturbios son una estrategia del enemigo».
Los estudiantes secuestraron a 52 funcionarios estadounidenses durante 444 días para exigir la extradición del shá Mohamad Reza Pahleví, derrocado por la revolución que encabezó el ayatolá Jomeini y dio lugar a la República Islámica.
“Los medios occidentales sois parte de la conspiración en las protestas”, dijo a EFE una manifestante, convencida de que las movilizaciones de las últimas semanas son obra de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí, además de algunos países europeos.
Irán vive protestas desde la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico, unas movilizaciones en las que se pide el fin de la República Islámica.
Las protestas están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de «¡Mujer, vida, libertad!» que lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable hasta hace poco tiempo.
Las autoridades iraníes han acusado a Estados Unidos de fomentar las protestas con el apoyo de Israel y Arabia Saudí.
Incluso han llegado al extremo de acusar de trabajar para la CIA a las dos periodistas iraníes que desvelaron el caso de Amini, Nilufar Hamedi, que acudió al hospital donde estaba ingresada Amini, y Elahe Mohammadi, que cubrió su entierro.
PROTESTAS
Las protestas han ido evolucionando desde su inicio, muy centradas en las universidades, pero en las últimas jornadas las ceremonias de luto se han convertido en uno de los motores de las movilizaciones.
Las ceremonias de duelo -«chehelom»- celebradas a los 40 días de la muerte de una persona están reuniendo a manifestantes para conmemorar a los fallecidos en la represión policial, que las autoridades tratan de impedir a la fuerza.
Así ocurrió ayer en la ciudad de Karaj, donde cientos de personas trataron de llegar al cementerio donde descansa la joven de 22 años Hadis Najafi, muerta 40 días antes en las movilizaciones.
Las autoridades impidieron que llegasen al cementerio y la conmemoración del luto por la joven se transformó en nuevos enfrentamientos de manifestantes con las fuerzas de seguridad, que dejarin al menos un muerto.
Al menos 108 personas han muerto en las protestas, según la ONG con sede en Oslo Iran Human Rights, con lo que en las próximas semanas se celebrarán numerosas ceremonias de los 40 días, lo que potencialmente puede provocar nuevas protestas y nuevas conmemoraciones.
El Poder Judicial de Irán anunció que 1.000 personas serán juzgadas en Teherán por su participación en las protestas, algunas de las cuales se enfrentan a la pena de muerte.
EFE