Jerusalén, 6 de marzo de 2024.- Las autoridades de Israel avanzaron este miércoles en el proceso de aprobación para construir unas 3.500 nuevas viviendas para colonos en tres asentamientos de Cisjordania ocupada, una medida de represalia por un ataque palestino el mes pasado que causó la muerte de un israelí.
El Consejo Nacional de Planificación y Construcción emitió la aprobación final para construir 694 nuevas unidades de vivienda en Efrat, un asentamiento al sur de Jerusalén, mientras que avanzó en el proceso para aprobar otras 2.452 casas en Mahale Adumim y 330 en Kedar, al este de la Ciudad Santa.
En total, serán 3.476 nuevas viviendas para colonos israelíes en territorio palestino.
«Junto con los permisos de construcción, estamos haciendo una enorme inversión en el desarrollo de infraestructura de transporte, empleo y calidad de vida. Los enemigos intentan herir y debilitar, pero seguiremos construyendo», dijo el ministro israelí de Finanzas, el colono antiárabe Bezalel Smotrixch, en la red social X, antes Twitter.
Israel otorgó 18.515 nuevos permisos de construcción para colonos en Cisjordania desde el año pasado, según el ministro.
El Ministerio de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna partes reducidas de Cisjordania, rechazó la decisión israelí al argumentar que «los asentamientos son ilegítimos e ilegales de conformidad con el derecho internacional», y que constituyen un factor de «continuación del conflicto y el ciclo de guerras y violencia, así como una amenaza a la seguridad y la estabilidad de la región».
En un comunicado, el ministerio pidió «sanciones internacionales disuasorias a todo el sistema racista de asentamiento colonial, y la imposición de sanciones contra Smotrich y (el ministro israelí de Seguridad Nacional, el colono antiárabe Itamar) Ben Gvir».
Los nuevos permisos para construir en los asentamientos ocurren en plena guerra de Israel contra el grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza y surgen como una represalia por el ataque ocurrido el 22 de febrero en Mahale Adumin, en el que tres palestinos armados abrieron fuego cerca de un puesto de control militar cerca de Jerusalén, matando a un israelí e hiriendo a otros once.
Israel se hizo con el control de Cisjordania y Jerusalén Este en 1967, y desde entonces mantiene una larga ocupación militar y colonización sobre este territorio palestino, que vive desde inicios de 2023 su mayor escalada de violencia desde hace dos décadas.
El Gobierno de Israel, el más derechista de la historia del país, promueve políticas para extender los asentamientos, a pesar de que el derecho internacional considera ilegales a todas las colonias israelíes sobre los territorios palestinos disputados.
Israel prevé destinar este año miles de millones de dólares a carreteras en Cisjordania solo para el uso de colonos, subvenciones especiales a las autoridades de los asentamientos y para «apoyar a las explotaciones agrícolas israelíes, muchas de ellas ilegales en Cisjordania.
«Miles de israelíes siguen desplazados de sus hogares (por la guerra con Hamás), los rehenes (que tomó el grupo islamista) siguen en Gaza, la guerra continúa, nuestra economía se está deteriorando y lo que interesa a este Gobierno es sólo continuar la ocupación, en lugar de planificar un futuro de paz y seguridad para nosotros. El gobierno está allanando el camino para nuestra destrucción», estimó Hamás en un comunicado.
EFE