Jefe criminal capturado fue liberado inmediatamente

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En pleno Mundial de Fútbol Rusia 2018, cuando las esperanzas colombianas seguían intactas en el torneo orbital, ese día, 3 de julio, a la 1:00 p.m., se desarrollaba el encuentro entre Inglaterra y Colombia. Al final del partido, cuando ya se sabía que no podía clasificar la selección colombiana y en medio de la tristeza de los aficionados, habitual en este tipo de certámenes, se presentó una situación extraña en un reconocido centro comercial del  municipio de Sabaneta ubicado en el sur del Valle de Aburrá.

Un ciudadano fue abordado por las autoridades, quienes le hicieron una requisa rutinaria. Le encontraron una arma de fuego, al parecer una pistola, por lo que, obviamente, le sería imputado el delito de porte ilegal de armas puesto que la pistola no tenía permiso de porte o tenencia. La conducta ameritó que fuera trasladado a  la sede la Fiscalía en el municipio de Envigado. Hasta allí todo marchaba bien, de acuerdo a los procedimientos policiales.

Sin embargo, pocas horas después, este ciudadano fue liberado, muy a pesar de ser capturado con un porte ilegal. Se pensaría que esto fue producto del hacinamiento o que esta persona no tendría ningún requerimiento judicial. Esto último fue lo que ocurrió, nada había contra él ni en ese momento y mucho menos antes.

¿Quién era el personaje capturado?

La Agencia de Prensa Análisis Urbano conoció por fuentes oficiales, quienes pidieron reserva de sus nombres, que el capturado sería un importante jefe del crimen urbano y que su centro de operación estaría ubicado en la comuna 15, Guayabal, además, que no sería la primera vez que ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial. De hecho, la captura del 3 de julio sería la segunda.

Estos hechos presuntamente anómalos que se presentaron con el citado personaje pueden pasar desapercibidos para muchos ciudadanos que no tienen por qué conocer quiénes son este tipo de personas y mucho menos a que se dedican. Lo que no es correcto es que la inteligencia policial y el ente investigador, que es la Fiscalía General de la Nación, no tengan siquiera una reseña de quién era el sujeto. Esto nos lleva a recordar que en el Medellín metropolitano, en el resto de Antioquia y en muchas regiones de Colombia hay Underboss (subjefes) al igual que boss (jefes) con poder criminal y que gozan de una fuerte protección oficial. Esta denominación de jefes y subjefes la adjudicó Estados Unidos al incluir a presuntos miembros de la Oficina en la lista Clinton.

Cabe recordar que hace unos años, en la madrugada del 9 de noviembre del año 2014, fue capturado en un procedimiento de rutina por personal de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, Fredy Alonso Mira Pérez, alias Fredy Colas, un mando medio de la Oficina, quien terminó entregándose a las autoridades norteamericanas, al parecer, para colaborar con ellas en el desmantelamiento de la Oficina del Valle de Aburrá, denominada erradamente como la Oficina de Envigado.

Alias Fredy Colas, imagen tomada de eluniversal.com.co.

Al igual que lo ocurrido el 3 de julio del año en curso con el personaje de marras, Fredy Colas fue liberado por no tener orden de captura expedida en su contra, incluso fue escoltado a una vivienda por personal de la Policía Nacional, bajo la frase (excusa): “De pronto le pasa algo a usted y después le echan la culpa a la Policía”, a lo cual él aceptó.

Pero no son los únicos casos donde se pifia la inteligencia ya sea por omisión o complicidad, por ejemplo, la libertad concedida a Carlos Alberto Zapata Herrera, alias “Camilo” o “Carracas”, un ex agente del Gaula de la Policía y presunto miembro activo de la Oficina del Valle de Aburrá.

Carlos Alberto Zapata Herrera, alias Camilo o Carracas, imagen tomada de El Colombiano

Al parecer, alias ‘Camilo’ aún tiene influencia en la Oficina del Valle de Aburrá. Alias Camilo sería uno de los eslabones perdidos que demostrarían la relación entre un sector de la Policía y la Oficina. Es de recordar que este personaje fue el discípulo de Santoyo y Manrique, dos exoficiales que estuvieron en la Dirección Antisecuestro.

Lo anterior permite preguntar nuevamente, ¿el trabajo de inteligencia sí se está centrando sobre el organigrama del crimen urbano-rural para conocer a fondo quiénes son los miembros de estructuras paramafiosas como la Oficina o las AGC o Clan del Golfo y las bandas que gravitan a su alrededor? O, ¿las capturas realizadas están centradas más en trabajos de delación?

Apunte Urbano

Análisis Urbano ha tenido acceso al alias de la persona que fue capturada, pero al igual que hicimos en el artículo titulado ¿Quién o quiénes ordenaron desestabilizar la seguridad de Medellín? Nos reservaremos el nombre y alias del personaje liberado, para esperar una respuesta oficial ante esta pregunta. ¿Quién fue la persona capturada el día 3 de julio cuando finalizaba el partido de fútbol entre los seleccionados de Colombia e Inglaterra?

Lo hacemos, porque quienes están llamados a entregar esta información a la ciudadanía son las autoridades y no un medio de prensa alternativo como Análisis Urbano. Esperamos respuestas a la pregunta realizada.

Sabemos de la seriedad de los representantes de la institucionalidad: el señor general Gómez Heredia, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez; y de Raúl Humberto González Flechas, director Seccional de Fiscalías de Medellín. Ellos deberían revisar más a fondo las actuaciones de quienes realizan la inteligencia y la investigación. Algo está fallando, algo hay que corregir. ¿Cuántos personajes del bajo mundo se pavonean con tranquilidad a sabiendas que no serán capturados ya que no hay nada contra ellos vigente, ni siquiera una multa por una infracción de tránsito?

Finalmente, seguimos a la espera de que la institucionalidad diga abiertamente, ¿quién o quiénes ordenaron desestabilizar la seguridad de Medellín? Está bien que se hable de mandos medios, sin embargo, no es posible que todavía no se diga quiénes son los jefes que ordenaron esta arremetida criminal y mucho menos que no se tomen los correctivos necesarios para evitar que lo sigan haciendo. ¿Por qué se evade responder a tan simple pregunta?