Amuda (Siria), 28 diciembre de 2024.- El canal de televisión Jin TV, radicado en el noreste de Siria y que cuenta con 130 profesionales, todas mujeres, busca desmantelar la mentalidad patriarcal y enfocar la atención mediática en las mujeres y los niños.
En la sede de la televisión, ubicada en un pequeño edificio en la ciudad de Amuda, hay mucho movimiento. Las periodistas están editando el próximo informativo, mientras otras se ocupan de preparar las cintas audiovisuales que acompañarán las noticias. Otras técnicas están ocupadas en la edición de los programas que se emitirán durante las próximas horas.
Plantilla femenina
Samia Kurdi, periodista del canal y responsable de la política de emisión, dice a EFE: «A lo largo de los años no hemos visto televisiones que destaquen los problemas de las mujeres y sus logros, así como la violencia que sufren. De ahí surgió la idea de crear un canal que apoye a las mujeres».
El canal Jin TV (‘televisión de la mujer’, en kurdo) se fundó el 8 de marzo de 2018, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, y desde entonces su equipo periodístico, técnico y administrativo ha crecido hasta contar con 130 profesionales, todas mujeres. Incluso las camareras de la cafetería son mujeres, excepto los conductores, que son hombres.
Sobre la línea editorial, Kurdi destaca que el canal, que emite vía satélite, intenta ser un cuarto poder neutral que lleve la verdad a la gente y se centre en los problemas de las mujeres. Pero también aborda la situación humanitaria en la región, ya sea por guerras o desastres naturales, y presta especial atención a los niños, sobre todo cuando son víctimas de violencia.
La cadena emite en kurdo, árabe, siríaco, turco e inglés, y sus programa son variados. Ofrece programas políticos, sociales, culturales, deportivos, artísticos y otros dedicados a los niños. «Intentamos llevar la voz de la mujer sobre todos los temas a todas las regiones», dice Kurdi.
La reportera añade que la cadena intenta superar la mentalidad patriarcal predominante en muchos medios de comunicación tradicionales de la región y de Siria, que ignoran los problemas de las mujeres y tienden a marginar a las periodistas, sin asignarles la cobertura de eventos importantes, como las guerras.
Una misión difícil
Los periodistas que trabajan en el noreste de Siria enfrentan muchos peligros debido a la guerra. Desde 2011, alrededor de 30 profesionales han sido asesinados, ocho de ellos mujeres, mientras cubrían los combates contra el Estado Islámico (EI) o durante ataques aéreos. Las organizaciones defensoras de periodistas en la región acusan a Turquía de llevar a cabo estos ataques.
Kurdi señala una foto colgada en la entrada principal del canal. «Es uno de nuestros mártires», dice.
La reportera recuerda un incidente doloroso relacionado con esa foto. En agosto del año pasado, un coche que transportaba a un equipo de Jin TV fue bombardeado cerca de la ciudad de Amuda, causando la muerte del conductor Najmuddin Sinan y heridas graves a la periodista Dalila Akid, que resultaron en la amputación de su brazo.
Hay alrededor de cien medios de comunicación con licencia en la región bajo control de la Administración Autónoma kurda en el noreste de Siria, que emplean a 1.700 profesionales, incluidos 950 periodistas, además de técnicos y administrativos. Más del 60 % de ellos son mujeres, según estadísticas de las autoridades kurdas.
«Las mujeres se vuelven más conscientes cuando ven Jin TV, y cuando las encuentras dicen: ahora me siento más fuerte y mi confianza en mí misma ha aumentado», añade la periodista. «Si la mujer no se libera, la sociedad no se liberará», comenta una de sus colegas.
Kurdi añade que al principio enfrentaron dificultades con sus compañeras. «Cuando te presentas a la gente como el canal de la mujer, se preguntan: ¿la mujer quiere tener un canal? Pero con nuestra voluntad y ambición continuamos nuestros esfuerzos hasta que nos afirmamos».
«Tenemos seguidores de todas las categorías y de todos los países. Hay espectadores extranjeros que siguen el canal y han venido hasta aquí para conocerlo de cerca», añade la reportera.
Las transformaciones en el noreste de Siria, tras el control de organizaciones kurdas progresistas y laicas, han reducido las restricciones que la sociedad impone a las mujeres, quienes han comenzado a trabajar en todos los campos.
Mohamed Siali
EFE