Kafka en Jerusalén: exposición desvela el mundo interior del autor

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Un hombre visita la exposición "Franz Kafka: La metamorfósis de un autor", inaugurada en la Biblioteca Nacional de Israel, este miércoles. EFE/Alejandro Ernesto

Jerusalén, 27 noviembre de 2024.- Tres largos pasillos, que se pueden recorrer de forma aleatoria, permitirán al visitante de la Biblioteca Nacional de Israel, en Jerusalén, a partir del 4 de diciembre, sumergirse en el universo más íntimo del escritor judío nacido en la República Checa.

Más de 80 piezas que jamás fueron exhibidas y que Israel recuperó en 2019, tras un arduo proceso legal, podrán verse en esta muestra, entre ellas, sus cuadernos en hebreo; dibujos; su último testamento original, el manuscrito de la «Carta a su padre» de Kafka, primeras ediciones y borradores nunca antes presentados a la vista del público.

Stefan Litt, curador de la muestra, llamada «Kafka: Metamorfosis de un autor», explicó a EFE que en el centro de la exhibición está su obra, en el pasillo derecho o de atrás, como él lo define, su vinculación con el judaísmo y en el de la izquierda sus relaciones íntimas.

La Biblioteca Nacional se sumó con esta muestra a las tres principales instituciones internacionales con importantes colecciones de manuscritos de Kafka, junto a la de Oxford, y el Archivo Literario Alemán de Marbach, que también han celebrado exposiciones en el marco del centenario del autor.

Además, explora nuevos enfoques sobre su vida y obra, destacando temas y vínculos que marcaron su desarrollo emocional e intelectual, a la vez que alimentaron su escritura.

“Quiero presentar a Kafka nuevamente a un público más amplio para ayudar a la gente a comprender quién era este parque de Frank Kafka. Mucha, mucha gente ha oído el nombre de Kafka. Muchos saben lo que significa «kafkaismo», pero creo que no hay muchos de nuestros colegas de hoy que estén totalmente seguros de explicar quién era Kafka y cuál era su papel para sí mismo, para sus amigos, en su vida privada y en su literatura”, agregó Litt.

Entre ellos, el nexo poco expuesto entre el escritor y la religión judía, el vínculo con su familia, amigos y parejas, así como su sueño de mudarse a Palestina, para vivir en Tel Aviv, antes de su muerte.

La vida del autor checo, en esta exposición, quedó seccionada en ocho bloques, que se componen de elementos audiovisuales, incluyendo una entrevista grabada de su mejor amigo Max Brod, quien salvó la mayoría de los manuscritos de Kafka.

Esta muestra pone en sobre la mesa que la obra y vida de Kafka continúan transformándose ante los ojos del mundo, tal como sugiere su título.

EFE