Yakarta, 24 abr – Con el objetivo de buscar una salida a la crisis de Birmania, los líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se reunieron este sábado en Yakarta con la polémica presencia del general golpista birmano Min Aung Hlaing.
Esta reunión a puerta cerrada es la primera cita internacional centrada en resolver la grave situación en Birmania, después de que el Ejército ejecutara el pasado 1 de febrero un golpe de Estado que depuso al gobierno democrático de Aung San Suu Kyi.
Uno de los asuntos más apremiantes para los vecinos y socios de Birmania es la brutal represión de las fuerzas de seguridad, que han asesinado desde el golpe a 745 civiles durante su participación en protestas pacíficas contra la junta militar.
Retno Marsudi, la ministra de Exteriores de Indonesia, país impulsor de esta reunión, aseguró el viernes que «espera que se llegue a un acuerdo» y recalcó que «el compromiso de los líderes para reunirse de manera física refleja la profunda preocupación de la ASEAN sobre la situación de Birmania y su determinación para ayudar a Birmania a salir de esta crisis».
La enviada de la ONU para Birmania, Christine Schraner Burgener, se encuentra en Yakarta y celebrará reuniones paralelas con miembros de la ASEAN aunque no participará directamente en el cumbre.
A pesar de las peticiones desde el movimiento opositores en Birmania y de organizaciones civiles de la región, el Gobierno de Unidad Nacional, conformado hace una semana por un grupo de parlamentarios electos en las elecciones previas al golpe, y que se proclama como gobierno legítimo de Birmania, no ha sido invitado a la cita.
La presencia confirmada del líder de la junta militar birmana en Yakarta, que llegó este sábado en Yakarta en lo que se cree que es su primer viaje al extranjero desde el levantamiento militar, está resultando polémica, ya que se ve por muchos como una manera de legitimar al gobierno golpista birmano.
El viaje a Indonesia de Min Aung Hlaing llevó a Amnistía Internacional (AI) a pedir este viernes al Gobierno de Yakarta y al resto de miembros de la ASEAN que investiguen por crímenes contra la humanidad al líder de la junta militar birmana.
DIVISIÓN DE OPINIONES
Las diferentes posturas e implicación entre los diez miembros de la ASEAN se plantea como uno de los grandes escollos a solventar en la reunión de hoy, a la que no asisten el primer ministro de Tailandia y los presidentes de Filipinas y Laos.
Indonesia, Singapur o Malasia han mostrado su preocupación por la situación de inestabilidad en su país vecino y han condenado de manera más enérgica la brutal represión ejercida por las fuerzas de seguridad birmana.
Otros miembros de la ASEAN como Tailandia, representado en la cita por el ministro de Exteriores, Camboya o Laos no han criticado a los golpistas y mantienen que la crisis es un problema interno de Birmania.
El bloque de países del Sudeste Asiático, donde impera el principio de no interferencia en asuntos internos entre los socios, está formado por Birmania, Brunéi, Camboya, Laos, Indonesia, Malasia, Vietnam, Tailandia, Singapur y Filipinas.
Los militares justifican el golpe de Estado por un supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre, en las que ganó con una enorme ventaja el partido encabezado por Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde la asonada.
