La Comisión de la Verdad de Colombia recoge decenas de testimonios en Canadá

FECHA:

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad de Colombia (CEV) ha recopilado ya decenas de testimonios de víctimas y afectados de la violencia en el país suramericano pero reconoce que muchas personas no están dispuestas a declarar sus experiencias por miedo a represalias y a los efectos psicológicos de recordar el pasado.

Una red de voluntarios distribuida en los principales centros urbanos de Canadá se han ocupado en los últimos meses de investigar y recopilar decenas de testimonios de los miles de colombianos que residen en el país norteamericano tras huir de la violencia en Colombia.

Las cifras oficiales canadienses procedentes del censo realizado en el país en 2016 señalan que hace cuatro años algo más de 31.000 colombianos habían llegado al país como refugiados, según señaló a Efe Luis Carlos Sotelo, catedrático de investigación y profesor asociado de la Universidad Concordia (Canadá).

Sotelo es uno de los voluntarios que participa en la investigación y recogida de testimonios de los afectados por el conflicto en el nodo de Quebec, uno de los cuatro capítulos en los que se ha dividido el país a la hora de organizar el trabajo de la CEV en Canadá.

Los otros tres son los de Ontario, Columbia Británica (que también trabaja en las provincias de Alberta y Manitoba) y uno para la comunidad afrocolombiana desplazada a Canadá.

CANADÁ, CUARTO PAÍS EN NÚMERO DE REFUGIADOS COLOMBIANOS

Canadá ocupa un lugar destacado en el trabajo que la CEV realiza en 23 países, como explicó a Efe Michelle Harb, encargada de la labor internacional de la Comisión de la Verdad desde Bogotá.

«Canadá es uno de los países que más colombianos ha recibido colombianos bajo protección gubernamental. De hecho es el cuarto país del mundo tras Venezuela, Ecuador y Panamá», señalo Harb.

«Para la Comisión lo importante es poder recoger el relato más completo, escuchando todas las voces. Y una de las voces que es central es el de las personas refugiadas o exiliadas. El exilio es de las cosas más silenciadas, que ha estado menos visible en lo que se entiende el universo de víctimas que ha habido en Colombia», añadió Harb.

Pero como explicaron los responsables de los nodos que trabajan recopilando los testimonios en Canadá, la labor está siendo compleja, en parte por la reticencia de los afectados a hablar y en parte por las limitaciones que ha supuesto la pandemia en todo el país.

Martha Colorado, que desde Vancouver es una de las responsables del nodo de Columbia Británica, destacó la necesidad que los voluntarios de CEV han tenido de ganarse la confianza de los refugiados colombianos para que aporten sus testimonios.

«Persiste mucho el miedo, más ahora con la reactivación del conflicto. La gente se pregunta si es conveniente dar el testimonio cuando todavía tienen familia allá. Y la gente llega con todos estos dolores y no quieren abrir una caja de pandora», explicó.

MIEDO, DESCONOCIMIENTO Y DESIDIA

El relato es similar en el resto de Canadá. El temor tanto a posibles consecuencias como a reabrir las heridas es una barrera para recopilar más testimonios. Pero también la falta de conocimiento entre los colombianos del trabajo de CEV en el país, la desconfianza del trabajo de la comisión y, en algunos casos, la desidia de consulados para ayudar.

La falta de organización de los exiliados y refugiados colombianos en Canadá también está dificultando la labora de CEV. Por ejemplo, de los más de 30.000 colombianos que llegaron como refugiados, sólo un 10 % están registrados en las unidades de víctimas de los consulados colombianos en el país.

Sotelo señala otro problema que también se ha dado con los refugiados de otros países: casos en los que las víctimas se encuentran en las calles de Canadá con la persona que los victimizó.

«Hay paramilitares o guerrilleros que por una razón u otra han conseguido refugio en Canadá. O familiares de los victimarios que también están acá. Y la gente no está tranquila», dijo Seco.

Pero también hay casos como el que relata Martha Blandón, una de las encargadas del nodo de Ontario.

«Una persona a la que conocía desde hace años pero de la que no sabía sus circunstancias personales, prestó testimonio. Su testimonio me hizo llorar pero para esa persona fue como una liberación porque nunca en su familia se había hablado de todo lo que les había pasado durante años», explicó Blandón.

IMPORTANCIA PARA CANADÁ

Sheila Gruner, profesora asociada de la Universidad de Algoma y voluntaria en el nodo de Ontario, apunta otro aspecto del trabajo de la CEV en Canadá.

«Es mostrar la importancia que las vivencias de los refugiados colombianos tienen para Canadá porque son una población importante en el país. Y el trabajo está aportando condiciones para que no se repita el pasado en un momento muy difícil en Colombia, con noticias diarias de asesinatos de líderes sociales», declaró Gruner.

Tras decenas de testimonios recopilados en Canadá, el profesor Sotelo ha detectado una constante: mucha gente no ha hablado de lo sucedido y no han recibido asistencia psicosocial por lo que «las heridas siguen abiertas».

«Este ejercicio es una oportunidad para ellos y la mayoría de los que participan es porque todavía tienen necesidad de ser escuchados. Mi conclusión es que el informe de la comisión no va a ser el final sino el inicio de lo que hay que hacer», concluyó Seco.

EFE

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