Hemos hablado insistentemente del reacomodamiento del crimen urbano-rural en Medellín y subregiones como el Valle de Aburrá, Bajo Cauca, Nordeste, Suroeste, Norte, Oriente y Occidente. El avance y la consolidación de Las AGC —o Clan del Golfo— es una realidad. A su lado, facciones de la Oficina del Valle de Aburrá se fortalecen y expanden frente a la mirada complaciente de sectores de la institucionalidad, el empresariado, los comerciantes, el clero y las mafias. Todo un contubernio se gestó para apostarle a una nueva pacificación de Antioquia y, por ende, la reorganización del poder real, situación que coincide con la época preelectoral y de propuestas de sometimiento a la justicia.
Se fortalece la Alianza Criminal del Norte
En artículos pasados hablábamos de confrontaciones armadas, ajustes al llamado pacto del fusil, treguas y alianzas criminales e incluso coaliciones con sectores de la institucionalidad; hoy podemos anunciar, sin temor a equivocarnos, que en lo referente a la comuna 16, una de las más grandes de la ciudad, podría cesar la confrontación armada por un tiempo. Literalmente esta zona ha quedado bajo el control de la Alianza Criminal del Norte, que no es otra cosa que el conglomerado o la confederación de bandas de Bello y Medellín. No cualquier banda hace parte de esta: Pachelly, Chatas, Mesa, Chamizos o BJ, La Raya, entre otras, auspiciadas por Las AGC y que han venido expandiéndose en el territorio urbano y rural de Antioquia.
Es una realidad que preocupa. Lo que pasa en la comuna 16, el principal centro electoral de Medellín, está en manos de la Alianza Criminal del Norte. Una nueva cartografía criminal ha emergido en la ciudad metropolitana, un nuevo poder se asentó.
Seguimos insistiendo que el pacto del fusil, acordado en julio de 2013, se mantiene, sin embargo, analizamos que dentro de este acuerdo criminal se vive una especie de guerra fría desde el mismo día en que las estructuras paramafiosas de las AGC y la Oficina del Valle de Aburrá pactaron la reorganización del crimen y la regulación de la violencia. Esto se refleja en la actualidad en el corregimiento de Altavista y en las comunas 5, 6, 7, 13 y 16. Sin duda, la intensidad del conflicto se siente más en unas que en otras, por ejemplo, en las comunas 7, 13 y16.
¿Qué pasó en el corregimiento de Altavista y en la comuna 16?
La Agencia de Prensa Análisis Urbano conoció que jefes urbanos de las AGC, ubicados en el corregimiento, adelantaron conversaciones con sus «enemigos», la Alianza de Chivos y Pájaros Rebeldes, para impulsar el pacto de no agresión. El 4 de octubre se habría sellado el acuerdo y desde ese día miembros de estos grupos criminales cruzan tranquilamente las fronteras para ingresar a sectores como La Esperanza y La Lágrima. Coincidencialmente, quien habría mediado el pacto fue Pichi, el protector o padrino de la alianza y uno de los más desatacados representantes de la Alianza Criminal del Norte. Un pacto de «yo con yo» fue lo que terminó siendo el acuerdo de no agresión.
Por la misma época del pacto de no agresión, la ofensiva continuaba en Belén Zafra; Chivos y Pájaros Rebeldes ya tenían controlado el 80 % de este barrio, pero no fue solo esto, también llegaron para quedarse en Belén Aliadas, La Gloria, La Nubia, Loma de los Bernal y Buenavista. Fuentes cercanas han informado que muchos de los coordinadores de Los Pesebreros se entregaron por altas sumas de dinero.
El 12 de octubre, Jorge, conocido como el Negro Brisas o el Negro, coordinador en el barrio Belén Las Brisas y el sector Sucre de Belén Zafra, quien está al mando de Martín o el Gordo, jefe pesebrero que se acantona en el barrio Los Alpinos, junto a alias Gemelo —quien habría asesinado el 6 de octubre al joven Juan Mateo Ledesma, conocido como Chávelo y herido a otro joven—, tomaron la decisión de cambiarse de bando y ahora estarían en la Alianza Criminal del Norte, dejando en manos de esta, Sucre, Las Brisas, parte baja de Los Alpes y llegando hasta la calle 30 A con Vicuña.
El 14 de octubre se veía imparable la Alianza Criminal del Norte, los barrios Las Violetas, Belén Aguas Frías, Belencito Corazón, La Pradera y Las Mercedes, quedaron también en sus manos.
También hemos conocido que Martín o El Gordo y su hermano Kevin —o el Flaco—, quien se encuentra en la Cárcel Nacional de Bellavista, ubicados en el barrio Los Alpinos, habrían arreglado desde el principio de la confrontación con la alianza de Chivos y Pájaros Rebeldes para entregar el sector a Hugo Pájaro —o Damián— la zona y compartir finanzas, eso significa que Los Pesebreros fueron expulsados de la comuna 16.
Apunte Urbano
El control de la comuna 16 es una realidad; cayó más del 90 % en manos de la alianza de Los Chivos y Pájaros Rebeldes, auspiciados por la Alianza Criminal del Norte. La cartografía criminal es otra, nuevos jefes han llegado, ¿qué pasará con una de las comunas más importantes de la ciudad?
Seguiremos insistiendo y preguntando, ¿quién o quiénes auspiciaron desde sectores de la institucionalidad la expansión y el control de Los Chivos y Pájaros Rebeldes, y por ende de la Alianza Criminal del Norte en la comuna 16?
¿La pacificación armada y criminal de la ciudad estará siempre por encima de la construcción de la paz urbana y la consolidación de la democracia?
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